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Han venido para quedarse: los oligosacáridos de la leche materna en las fórmulas infantiles


Dr. José Manuel Moreno Villares | Pediatría

Clínica Universidad de Navarra, Navarra


Que la leche materna constituye el alimento ideal para el lactante en sus primeros meses de vida está fuera de toda discusión. Sus beneficios tanto para la salud del bebé a corto y  largo plazo y para la salud de la madre se han demostrado en numerosos estudios epidemiológicos. Del conocimiento de su composición y de la interacción con el intestino del recién nacido y del lactante podemos sacar conclusiones importantes para la mejora de la alimentación de nuestros niños.

La leche humana es un fluido muy complejo que contiene numerosos compuestos bioactivos. Entre ellos, incluye concentraciones muy elevadas de oligosacáridos (human milk oligosaccharides [HMO]), que agrupan más de un centenar de azúcares complejos1. Constituyen el tercer elemento sólido más abundante, después de la lactosa y los lípidos. La 2'-fucosil-lactosa (2’FL) es la que está presente en mayor cantidad. Los HMO no son digeribles en el intestino del lactante, por lo que proporcionan un sustrato para el desarrollo de una microbiota intestinal rica, fundamentalmente en bifidobacterias. Pero no solo actúan como prebióticos sino que, además, como algunos de estos HMO comparten secuencias estructurales con receptores para patógenos intestinales, actúan como señuelo bloqueando estos receptores e impidiendo su adhesión y proliferación. Tienen también acciones sobre la propia integridad de la mucosa intestinal, sobre la función inmune y sobre el desarrollo cognitivo.

Los beneficios que aporta el consumo de dichos HMO se consideran, por tanto, únicos. La síntesis de HMO estructuralmente idénticos a los encontrados en la leche materna y que presentan una funcionalidad similar ha podido demostrarse en varios estudios clínicos. La mayoría de estos estudios investigan la adición de 2’FL a fórmulas infantiles para lactantes sanos y han permitido comprobar que su incorporación a dichas fórmulas es segura y bien tolerada, además de conseguir absorberse y secretarse con una eficacia similar al 2’FL de la leche humana. En algunos estudios se ha conseguido obtener que los lactantes que reciben una fórmula suplementada (cuando se compara con otra fórmula sin esta suplementación) tiene menor número de infecciones respiratorias. Sin embargo, se considera que es necesario llevar a cabo nuevos ensayos de intervención clínica en lactantes para confirmar dichos efectos sobre el sistema inmunitario y la reducción de la frecuencia de infecciones del tracto respiratorio y gastrointestinal.  


Bibliografía y referencias: