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La AMPA: una técnica infrautilizada en Farmacia Comunitaria



La medida aislada de la presión arterial (PA), tanto en consulta médica como en la farmacia comunitaria (MAFC) es la técnica más utilizada hoy día para conocer las cifras de PA del paciente. Si bien plantea algunos problemas para la práctica profesional diaria, entre otros:

  • Medición casual y aislada.
  • Afectada por el efecto bata blanca (EBB) y por efecto placebo.
  • No provee información durante las actividades cotidianas ni durante el sueño, ni tampoco mide la variabilidad o el incremento matutino de la PA.

Hoy día, se considera la Monitorización Ambulatoria de la Presión Arterial (MAPA) el método gold standard para la medida de la PA, aunque su elevado coste, incomodidad de uso, así la compleja interpretación de la información generada frena su uso en la farmacia comunitaria.

Sin embargo, la Automonitorización de la Presión Arterial (AMPA) es una técnica más económica, sencilla de uso y de fácil interpretación. Sin duda, es la técnica que mejor se adapta a la realidad del paciente, el domicilio. Tiene utilidad tanto en el diagnóstico como en el seguimiento:

  • En el diagnóstico de la HTA: Confirma diagnóstico de HTA mantenida, diagnostica HTA clínica aislada, diagnostica HTA enmascarada.
  • En el seguimiento de la HTA mantenida: Confirma buen/mal control de la HTA, identifica a pacientes pseudorefractarios, evalúa control 24 horas y diferencia mañana/tarde, identifica hipotensiones, mejora adherencia del paciente y la inercia del médico (Puede mejorar el control).

Esta técnica también tiene limitaciones, a saber: precisa de aparatos validados, de entrenamiento del paciente, puede inducir a este a tomar decisiones erróneas así como a falsear los datos (se recomiendan aparatos con memoria) y no todos los pacientes son subsidiarios (obesidad extrema, arritmias, pacientes con mucha ansiedad).

Aun así, las ventajas superan con mucho a las limitaciones y existen numerosos artículos que asocian la AMPA a un mejor cumplimiento (Márquez E et al. J Hypertens 2006; 24: 169-175), así como a un mejor control de las cifras (Agarwal R et al. Hypertension 2011; 57: 29-38, Bobrie G et al. J Hypertens 2007; 20: 1314-1320, Mc Manus RJ e t al. Lancet 2010; 376: 163-172).

Desde la farmacia comunitaria se abre la posibilidad de implantar un servicio de control de hipertensión y riesgo vascular (IMPACHTA), con un profesional capacitado. Podemos incorporar los pacientes a este servicio y ofertar la AMPA dispensando aparatos validados (www.seh-lelha.org/seh/AMPA.aspx) o incluso prestándolos a los pacientes. Debemos ayudarles a interpretar los resultados, facilitando el empoderamiento del paciente y derivando al médico cuando fuera necesario.