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Posicionamiento actual y nuevas recomendaciones de la Asociación Europea de Urología sobre el screening del cáncer de próstata mediante PSA



El cáncer de próstata es un problema de salud pública de gran magnitud a nivel mundial. La prevalencia en Europa es de 1.551.420 casos en los últimos 5 años, lo que equivale al 42% de todos los diagnósticos en el mundo. Esto lo convierte en el tumor más prevalente por encima de los 70 años, representando hasta un 7% de la mortalidad total por cáncer en el sexo masculino. Pese a que la edad media de diagnóstico del cáncer de próstata son los 69 años, existe la falsa creencia de que esta enfermedad solo afecta a ancianos y que no supone una amenaza para la vida del paciente.

Sin embargo, en Estados Unidos, alrededor del 10% de los nuevos diagnósticos ocurren en varones por debajo de los 55 años. Las tasas de incidencia del cáncer de próstata son muy variables entre las distintas regiones y grupos poblacionales. La razón de estas diferencias no está clara. Se cree que estas variaciones podrían deberse a diferencias entre la prevalencia de los factores de riesgo, pero también a la heterogeneidad y falta de consenso en la práctica clínica en cuanto a la realización del cribado con antígeno prostático específico (PSA). Antes de la implementación del cribado mediante PSA, la mayor parte de los tumores de próstata se diagnosticaban por la aparición de síntomas de enfermedad avanzada (dolor en las caderas, columna vertebral, caja torácica o miembros inferiores, sugestivo de metástasis ósea), o bien por la aparición de sintomatología local (sangre en el semen o hemospermia, sangre en la orina o hematuria, o síntomas del tracto urinario inferior). Algunos tumores también se diagnosticaban por un hallazgo de tumoración palpable en el examen rectal. Los tumores sintomáticos eran normalmente de alto grado y, con frecuencia, letales a su diagnóstico1.

La evidencia científica disponible más reciente ha logrado demostrar una reducción significativa de la incidencia del cáncer de próstata en fase metastásica y, por tanto, de mortalidad específica por enfermedad, y posiciona a la Asociación Europea de Urología (EAU, por sus siglas en inglés, European Association of Urology) a favor del cribado mediante PSA. La instauración de programas de screening bien estructurados basados en la medición repetida de PSA demuestra que una detección más precoz del cáncer de próstata en estadios tempranos aumenta las tasas de curación y disminuye la mortalidad. Estos resultados han obligado a la EAU a actualizar y elaborar nuevas recomendaciones. Estas recomendaciones se resumen en la Tabla 12.

Tabla 1: Recomendaciones actuales de la EAU en el screening del cáncer de próstata (adaptada de EAU Guidelines on the Prostate Cancer; 2021)
Recomendaciones Grado de Recomendación
No ofrecer una determinación de PSA sin aconsejar previamente sobre los potenciales riesgos y beneficios Fuerte
Ofrecer una estrategia individualizada adaptada al riesgo para el cáncer de próstata en varones con una esperanza de vida de al menos 10-15 años tras haber sido bien informado

Débil

Ofrecer cribado precoz en varones con elevado riesgo de padecer cáncer de próstata:

- Varones a partir de los 50 años

- Varones a partir de los 45 años y antecedentes familiares de cáncer de próstata

- Varones afrodescendientes a partir de los 45 años

- Varones portadores de mutaciones en el gen BRCA2 a partir de los 40 años

Fuerte

Ofrecer una estrategia adaptada al riesgo basada en el valor inicial de PSA (PSA basal) con intervalos de seguimiento de 2 años para aquellos que inicialmente se encuentran en riesgo:

- PSA mayor de 1 ng/ml a los 40 años

- PSA mayor de 2 ng/ml a los 60 años

Posponer el seguimiento hasta 8 años en aquellos varones que no están en riesgo (PSA basal menor o igual a 1 ng/ml)

Débil
Detener el cribado precoz del cáncer de próstata en función de la esperanza de vida y el estado funcional. Es poco probable que se beneficien los varones que tienen una esperanza de vida inferior a 15 años Fuerte

Sin embargo, en la actualidad, y a pesar de la innumerable evidencia de la que se dispone a favor del cribado mediante PSA, es necesaria la implementación de medidas que faciliten la consecución de las recomendaciones de las guías clínicas, la elaboración de programas de cribado consistentes y bien estructurados, con identificación de las barreras que impiden sistematizarlos en una consulta de Urología, Atención Primaria, Medicina Interna u Oncología.


Bibliografía y referencias: