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¿Qué es indicación farmacéutica?



La farmacia comunitaria es muchas veces el primer lugar donde consultan los pacientes por sus problemas de salud. Siempre que se trate de síntomas menores y en función de las características del paciente se pueden abordar desde la farmacia comunitaria. En el caso del dolor de garganta se abordarán aquellos de origen vírico derivando al médico si sospechamos de etiología bacteriana. El tratamiento es sintomático y, principalmente, se puede centrar en la administración de preparados bucofaríngeos. Pero para llegar a decidir qué actuación realizar es necesario seguir una serie de pasos indicados en lo que se denomina INDICACIÓN FARMACÉUTICA.

La indicación farmacéutica es el servicio profesional prestado ante la demanda de un paciente o usuario que llega a la farmacia sin saber qué medicamento debe adquirir y solicita al farmacéutico el remedio más adecuado para un problema de salud concreto. Si se requiere la dispensación de un medicamento el farmacéutico debe ofrecer información para una correcta utilización.

El procedimiento debe seguir una serie de pasos: quién realiza la consulta, razón de la consulta, verificar, evaluar y actuar.

En primer lugar debemos conocer si QUIEN REALIZA LA CONSULTA es la persona que presenta el problema de salud, no darlo por descontado sino siempre preguntar. Después indagar por la RAZÓN DE LA CONSULTA, preguntar por los síntomas ya que en la farmacia podemos abordar problemas de salud autolimitados.

Debemos obtener información con el fin de VERIFICAR los síntomas y su duración y también otros datos como si ha habido un tratamiento anterior sin mejoría, si se están utilizando otros medicamentos, si existen otras enfermedades, alergias o intolerancias, presencia de situación fisiológica especial, embarazo, lactancia…

Con toda la información se debe EVALUAR si existen criterios de derivación al médico, contraindicaciones o interacciones.

Y finalmente, ya podemos ACTUAR: asesorando sin dispensar, dispensar tratamiento farmacológico que no precise prescripción médica, recomendar tratamiento no farmacológico, derivar al médico o derivar a seguimiento farmacoterapéutico.

Con todo esto el fin es conseguir una indicación farmacéutica de calidad, personalizando en función del paciente con las máximas garantías de efectividad y seguridad.