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Tinea capitis, ¿quién no ha tenido dudas alguna vez?



La tinea capitis es normalmente una patología fácilmente reconocible. Microsporum canis es el agente etiológico más frecuente en nuestro país, aunque formas tricofíticas y antropofílicas, menos sintomatológicas, están incrementándose. En algunas ocasiones su diagnóstico en Atención Primaria crea desasosiego, sobre todo si es poco inflamatoria.

Esta variedad de tinea capitis o variedad seca, menos evidente clínicamente, se distingue por la tríada: placas pseudoalopécicas que pueden ser únicas o múltiples, pequeños pelos cortos de aproximadamente 2 a 5 mm y escamas. La tinea tricofítica puede generar alopecia difusa con placas pequeñas e irregulares intercaladas con pelos sanos, mientras que la tinea microspórica suele originar zonas pseudoalopécicas redondeadas y bien limitadas. El 10% corresponde a la variedad inflamatoria, que puede manifestarse con pústulas, abscesos, úlceras y costras melicéricas.

Entre los diagnósticos diferenciales más frecuentes que pueden hacernos dudar están la dermatitis seborreica y la psoriasis en cuero cabelludo. Cabe esperar que ante placas poco inflamatorias e hiperqueratósicas, nos asalten las dudas.

El cultivo de las escamas o de los pelos tonsurados, sigue siendo el mejor método de diagnóstico etiológico para poder orientar a nuestros pacientes, pero muchas veces este es costoso de realizar y dilata el resultado en el tiempo.

Existen dos métodos que en Atención Primaria pueden ayudarnos en este cometido, la luz de Wood y la dermatoscopia.

La luz de Wood es una herramienta útil en el diagnóstico de los casos producidos por agentes que parasitan el pelo de forma ectótrix (Microsporum), porque éstos son los únicos que generan fluorescencia verde brillante.

Tinea Capitis: cabeza del paciente siendo examinada con el uso de la luz de Wood
Figura 1: Resultado del uso de la luz de Wood para examinar al paciente. Fotos cortesía Vicente Crespo Erchiga M.D., Ph.D.

La dermatoscopia es una técnica rápida, in vivo, no invasiva que además puede ser de gran utilidad para diagnosticar otros procesos en cuero cabelludo como son la alopecia areata, la tricotilomanía o las distrofias del pelo. Los hallazgos más frecuentes en la dermatoscopia de tiñas poco inflamatorias en cuero cabelludo son los llamados “pelos en coma”. Son pelos con una angulación final que resultan de la rotura y debilitamiento del tallo piloso, el cual se encuentra parasitado por el dermatofito repleto de hifas. También podemos observar, aunque con menos frecuencia, “pelos en sacacorchos”, más enrollados sobre sí mismos, “pelos en zigzag” con angulaciones en varios niveles y “pelos en código Morse” en los que se observan bandas transversales de escama. Otros hallazgos que pueden observarse son pelos tonsurados, puntos negros y escama blanquecina.

Tinea capitis: Pelos en coma, en zigzag, en sacacorchos y en código Morse
Figura 2: Ejemplos de pelos en: "coma", "zigzag", "sacacorchos" y "código Morse". Fotos cortesía Vicente Crespo Erchiga M.D., Ph.D

La escasa penetración de la dermatoscopia en Atención Primaria, hace que este método sea poco utilizado, no obstante la alta sensibilidad que tiene en el diagnóstico de la tinea capitis su rapidez, eficacia y coste, hace de ella una técnica primordial. Su uso se considera importante como parte del abordaje diagnóstico de la tinea capitis, ya que cuando existe correlación con la clínica, ofrece la posibilidad de iniciar el tratamiento de forma inminente, aun en espera o en ausencia del cultivo micológico.


Bibliografía y referencias: