Publicidad aap oviedo

Aclarando conceptos importantes sobre los inmunomoduladores en pediatría


Dr. Dámaso Infante Pina | Pediatría

Hospital Universitario General de Cataluña, Sant Cugat


El tema expuesto en mi ponencia del Programa APAP de Santiago de Compostela era extenso y difícil de desarrollar en todos sus pormenores en el tiempo disponible. Es por ello que quedaron por comentar perfiles que posteriormente, aparte de las preguntas en el auditorio, los asistentes me propusieron para profundizar. Voy a intentar aclararlo en este post.

En primer lugar, el término "inmunomoduladores", que es obligado aplicar por la legislación a estas sustancias dentro del concepto “complementos alimenticios”, no es, a mi juicio, el más adecuado. Estas sustancias, en general, pueden activar en el momento de la infección en fase aguda los mecanismos antiinflamatorios del sistema, pero en situaciones de normalidad no cambian la evolución natural de maduración de la inmunidad innata.

Mención especial merece el zinc que sí interviene en integridad y maduración del sistema inmune. Es un factor esencial para la actividad de más de 300 metalo-enzimas, las cuales no pueden funcionar sin su presencia. Participa en la integración de sistemas intracelulares, e interviene en las vías metabólicas principales de las proteínas, hidratos de carbono, lípidos, energía y ácidos nucleicos. Participa así mismo en la síntesis del hemo e interviene en el recambio del tejido conjuntivo y la síntesis celular. Por todo ello se puede concluir que el zinc ejerce efectos decisivos sobre la función inmune y aumenta la resistencia ante la infección1.

El otro mecanismo de protección de las tres sustancias con nivel de evidencia científica A (lactoferrina, lactoperoxida y zinc) es fundamentalmente, bacteriostático, bactericida y antiadhesivo de los gérmenes que permanentemente pueden entrar en el organismo. Por ello un término como "protectores/preventivos de las infecciones" sería más comprensible.

La acción de estos componentes se efectúa mientras son ingeridos (como pasa con los factores antiinfecciosos de la leche materna) por tanto debe tomarse durante el tiempo que creamos que el paciente debe ser protegido. Se suele dar de tres a 6 meses (época otoño/invierno; asistencia guardería/escolar).

Por último, hay que comentar que las concentraciones de estas sustancias en la leche materna o bien las dosis propuestas en forma de "complementos alimenticios" tiene una acción preventiva. Los estudios que se han efectuado sobre todo con lactoferrina a nivel de acción terapéutica, ante determinadas infecciones emplean dosis (terapéuticas) mucho más elevadas y en el momento que sean empleadas entrarían dentro del concepto "medicamento".


Bibliografía y referencias: