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¿Debemos implementar cribado poblacional de cáncer de pulmón en pacientes de grupos de riesgo?



El cáncer de pulmón es, tras las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares, la tercera causa de muerte en España con un ascenso imparable en las mujeres que ya suponen casi el 23% de los fallecimientos por esa patología1. Así en 2018 fallecieron por cáncer de pulmón 22.153 personas (4.959 mujeres). En los varones se viene observando una ligera disminución en los últimos años.

Desafortunadamente, al diagnóstico del cáncer de pulmón se llega muy tarde, con menos del 20% de los pacientes con posibilidades de cirugía, no siempre con intención curativa. Aunque en los últimos años la supervivencia a los cinco años ha aumentado con la aparición de nuevos tratamientos, seguimos con cifras menores al 15%.

Aunque, claramente, la medida más coste-efectiva es la erradicación del tabaquismo, otras intervenciones han demostrado resultados en salud y supervivencia no desdeñables. En 2018 se presentaron los resultados del estudio NELSON2, un ensayo prospectivo aleatorizado que viene a avalar la eficacia de los programas de cribado de cáncer de pulmón mediante tomografía axial computarizada de baja dosis de radiación (TACBD). Estos datos mejoran a los del estudio NLST en el que mediante una sistemática similar se demostró una disminución de la mortalidad por cáncer de pulmón del 20%3.

Los criterios de inclusión del estudio NELSON2 fueron menos restrictivos que los del National Lung Screening Trial (NLST) y valoraron incrementos en volumen y tiempos de duplicación. Incluyeron a pacientes mayores de 50 años, fumadores actuales o exfumadores con menos de 10 años de abstinencia y un consumo acumulado de más de 15 paquetes-año, frente a los mayores de 55, 15 años y más de 30 paquetes-año del NLST. Pese a contar con muchos menos pacientes (15.822 frente a 53.454) demostraron mayor reducción de mortalidad que el estudio americano. La reducción fue significativamente mayor en mujeres (odds ratio de 0,61 frente al 0,74 de los varones). La mitad de los cánceres de pulmón se diagnosticaron en estadios Ia en el grupo de intervención mientras que el 75% de los casos del grupo control lo fueron en estadios III y IV.

Diversos estudios han encontrado una mayor asociación con el enfisema y el cáncer de pulmón lo que podría aumentar el valor predictivo de la prueba.

¿Podemos permitirnos seguir con el nihilismo ante el cáncer de pulmón o debemos de implementar un cribado poblacional en los pacientes de grupos de riesgo? En Estados Unidos esta intervención está financiada por las distintas aseguradoras y sistemas nacionales de Salud. ¿Es la hora?


Bibliografía y referencias: