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La canción del verano: pitiriasis versicolor, un clásico que vuelve con el calorcito



Se acerca el buen tiempo y, sin duda, uno de los “hits” en nuestras consultas va a ser la reincidente y clásica pitiriasis versicolor.

Malassezia furfur vista al microscopio.
Figura 1: Malassezia furfur vista al microscopio. Cortesía Vicente Crespo Erchiga M.D., Ph.D

La pitiriasis versicolor es una infección fúngica superficial producida por un hongo levaduriforme y lipofílico del género Malassezia. Suele presentarse clínicamente por múltiples máculas o placas con descamación furfurácea superficial muy fina, hipopigmentadas e/o hiperpigmentadas, de distinta tonalidad, diseminadas y con áreas de piel normal. Son lesiones asintomáticas que se localizan principalmente en el tronco, cuello y tercio proximal de los brazos, pudiendo también observarse en cara, sobretodo en niños.

Pitiriasis versicolor en espalda de adolescente
Figura 2: Pitiriasis versicolor en espalda de adolescente. @MireDoc

Suele aparecer con el buen tiempo, cuando el clima es más caluroso y húmedo. Podemos observarla a cualquier edad pero con una mayor incidencia entre los 18 y 25 años, porque a esta levadura le gusta mucho, pero que mucho, la grasa y prolifera mejor en ambientes ricos en lípidos, desarrollándose con más facilidad en adolescentes y sobre áreas de piel con intensa secreción sebácea. No hay diferencias entre ambos sexos.

El género Malassezia forma parte de nuestro microbioma, aislándose prácticamente en el 100% de la población. La infección aparece cuando la forma levaduriforme pasa a su forma micelial debido a factores de calor, humedad, oclusión o si se modifica el pH. Su diagnóstico es clínico, siendo una levadura de difícil cultivo, pero casi nunca vamos a tener problemas a la hora de hacerlo.

Ante lesiones compatibles con pitiriasis versicolor lo más seguro es que estemos delante de una pitiriasis versicolor. Pero si tenemos dudas, el diagnóstico diferencial debe realizarse con pitiriasis alba, sobretodo si sólo vemos en cara melanodermias postinflamatorias, pitiriasis rosada, vitíligo y sifílides hipopigmentadas. ¡Ojo por que la sífilis es una gran simuladora y va en aumento!

Para poder mejorar el enfoque terapéutico y evitar recidivas, será muy importante observar qué factores pueden tener nuestros pacientes que predispongan a la aparición de estas lesiones. Recordar que entre ellos se encuentran la piel grasienta, el calor, la humedad, sudoración excesiva, estados de malnutrición, aplicación de aceites y cosméticos sobre la piel, toma de anticonceptivos orales y llevar ropa ajustada. Unos buenos consejos encaminados a mejorar todos estos aspectos nos pueden ahorrar muchas reconsultas.

Vamos a iniciar el tratamiento con un champú de sulfuro de selenio durante una semana con una aplicación regular en las zonas afectadas y también en el cuero cabelludo (el cuero cabelludo suele ser el reservorio de esta levadura) o ketoconazol gel diario de 2 a 4 semanas, aplicándolo sobre la piel seca, dejándolo actuar 10-15 minutos y limpiándolo después con agua abundante debajo de la ducha. Como mantenimiento, y para evitar recidivas, se aconseja una aplicación a la semana del tratamiento escogido, durante un mínimo de dos meses.

Si seguimos este plan terapéutico muy pocas veces vamos a necesitar realizar tratamiento vía oral, pero si no hay manera de conseguir que las lesiones desaparezcan o si estas son muy extensas, podremos utilizar itraconazol low dose 50 mg cada 12h durante 7 días o itraconazol 200 mg/día durante 7 días.

Por último sólo apuntar que los cambios de coloración pueden persistir durante varios meses después aunque ya no haya infección. Será imperativo informar a los pacientes, ya que si no la canción volverá a sonar de forma insistente durante el verano.


Bibliografía y referencias:

  1. García Hernández D, Ballester Torrens M, Valle Cruells E. Infecciones cutáneas. AMF-Actualización en Medicina de Familia 2018;14(4):184-197.
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