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La dieta proinflamatoria y su papel en depresión


Dra. Alicia Loureiro González | Psiquiatría

Centro de Salud Mental de Portugalete, Portugalete


En esta entrada posterior a la presentación sobre depresión en el Programa AAP, me gustaría comentar la importancia de la dieta en el manejo del trastorno mental grave en general y el trastorno depresivo en particular. Para ello, me gustaría presentar un interesante artículo que hace un buen resumen del conocimiento actual (revisa múltiples artículos) acerca del influjo de la dieta en la evolución y remisión de los síntomas aparecidos en patología psiquiátrica grave.

El artículo "What Is the Role of Dietary Inflammation in Severe Mental Illness? A Review of Observational and Experimental Findings" se puede encontrar en abierto, siendo Joseph Firth primer autor del mismo.

Los autores pretenden examinar si la dieta proinflamatoria (alta en calorías, con muchas grasas saturadas, carbohidratos de absorción rápida y productos procesados) es mayor en algunos subgrupos de población con patología psiquiátrica, si existe una unión entre la dieta proinflamatoria y los síntomas de enfermedad mental y si las intervenciones dietéticas mejoran la clínica, y cómo actúan respecto a modificación de marcadores biológicos de inflamación.

En una primera parte del artículo se centran en la descripción de la dieta en trastorno mental grave. Presentan un amplio estudio (más de 14.000 personas con diagnóstico de trastorno depresivo, 950 trastornos bipolares, 260 esquizofrenias y casi 55.000 controles sanos), encontrando que los grupos con enfermedad consumían significativamente más carbohidratos, azúcares y grasas saturadas que controles. Por otro lado, también encuentran que los marcadores biológicos de inflamación están ampliamente aumentados en estos grupos, si bien no se ha estudiado el impacto de la dieta en la modificación de los marcadores inflamatorios, ni tampoco la direccionalidad de estas asociaciones.

En una segunda parte del artículo analizan los estudios de cohortes que se tienen en depresión (llegan a una "n" de 77.000 pacientes), llegando a la conclusión de que en esta patología las dietas proinflamatorias se pueden asociar a un 31% de aumento de riesgo de sufrir síntomas depresivos (en seguimientos de entre 5-13 años), con mayor riesgo en mujeres, si bien siendo el aumento de riesgo significativo en ambos sexos. Vuelven a repetir la necesidad de investigar si estos efectos están mediados por marcadores biológicos de inflamación, ya que hay algunos estudios que sí correlacionan estos hallazgos (síntomas depresivos - dieta proinflamatoria - marcadores de inflamación), pero los resultados aún son inconsistentes entre los diversos estudios.

También reconocen la menor evidencia del papel de la dieta en otras patologías graves como son el trastorno bipolar y la esquizofrenia, aunque los datos pueden sugerir la asociación entre dieta disregulada y peor estado sintomático.

Prosigue el artículo hablando de las modificaciones en la dieta y lo que suponen, con un metaanálisis reciente en el que se evalúan 16 estudios con 45.000 participantes, concluyendo que una mejoría dietética mejora la depresión, aunque con resultados no superiores de la dieta mediterránea (clásicamente considerada mejor en la reducción de parámetros de inflamación que otras) que otras dietas que proporcionan reducción de peso, salvo en el caso de un estudio en el que se observan trastornos depresivos más graves, donde sí se encuentra una relación positiva entre esta dieta (sobre otras no tan antiinflamatorias) y la mejoría sintomática.

Se ha visto también que en los pacientes en que los marcadores inflamatorios son mayores se encuentra una respuesta clínica (en cuanto a mejoría sintomática en síntomas depresivos) más importante a suplementos con omega-3, así como también se han visto mejorías con suplementos de ácido fólico.

El estudio en realidad es una invitación a proseguir la investigación en torno al papel dietético (y la objetivación de este papel mediante marcadores biológicos tangibles), ya que es un factor sobre el que fácilmente podremos intervenir y que nos puede facilitar la consecución de una remisión sintomática que es lo que buscamos a la hora de tratar la patología.