Por qué, cómo, con qué suplemento y en qué dosis debemos suplementar la deficiencia de vitamina D en nuestros pacientes
Dr. José Manuel Quesada Gómez | Endocrinología y Nutrición
Hospital Universitario Reina Sofía, Madrid
La evidencia disponible indica, de forma consistente, que en la práctica clínica habitual debemos mantener niveles normales de 25 hidroxivitamina D en nuestros pacientes, puesto que tiene importantes efectos fisiológicos esqueléticos (asociados con el aporte adecuado de calcio, nutricional o farmacológico), proporcionando una interesante eficacia antifractura modesta pero suficientemente importante, y extraesqueléticos1.
Por otra parte estudios observacionales indican que un estatus adecuado de niveles séricos de 25OHD3 (por encima de 20-30 ng/ml), son críticos para la eficacia óptima de tratamientos antirresortivos2.
Debemos tener presente que en España, incluyendo las más soleadas zonas costeras mediterráneas y las islas Canarias, existe una elevada prevalencia de déficit moderado/severo de vitamina D (medida como 25 hidroxivitamina D)3.
Teniendo en cuenta la dificultad de obtener los niveles de 25OHD3 séricos adecuados, en las condiciones normales de la vida, es decir, a partir de la dieta o de la toma de sol (sea por la dificultad para tomarlo de un modo adecuado o por el riesgo de cáncer y envejecimiento cutáneo), el uso de suplementos de vitamina D debe ser la estrategia a emplear para normalizar niveles de 25 hidroxivitamina D, y justifica su empleo e indicación en las guías de práctica clínica habitual para mantener niveles adecuados de 25OHD3, lo cual debe ser un objetivo irrenunciable de salud pública.
La vitamina D3 y la vitamina D2 son los suplementos habitualmente utilizados en todo el mundo. El uso de ambos productos depende de razones históricas o prácticas. En España por ejemplo, no disponemos de vitamina D2, pero disponemos de colecalciferol (vitamina D3) y de 25 hidroxivitamina D3 (calcifediol; 25OHD3).
Durante años ambos se han venido empleando como si colecalciferol y calcifediol fueran equipotentes, pero no es así. La 25OHD3 es más hidrofílica, tiene una vida media más corta, es más rápida en su comienzo de acción y de 3 a 6 veces más potente para elevar las concentraciones séricas disponibles de 25OHD34 .
Por tanto, la posología recomendada debería ser para la colecalciferol 800 UI diarias o su equivalente mensual (25.000 UI) y para el calcifediol de 0,266 μg cada 15-30 días, aportando calcio si la ingesta dietética fuera insuficiente.
En ciertas situaciones como la obesidad se recomienda aumentar la dosis de colecalciferol hasta 50 μg/día (2.000 UI/día), pero datos experimentales muy recientes avalan que con el calcifediol se necesitarían las dosis convencionales5.
Bibliografía y referencias:
- Bouillon R, Marcocci C, Carmeliet G, Bikle D, White JH, Dawson-Hughes B, et al. Skeletal and extra-skeletal actions of vitamin D: Current evidence and outstanding questions. Endocr Rev. 2018. doi: 10.1210/er.2018-00126.
- Díez-Pérez A, Olmos JM, Nogués X, Sosa M, Díaz-Curiel M, Pérez-Castrillón JL, et al. Risk factors for prediction of inadequate response to antiresorptives. J Bone Miner Res. 2012; 27: 817– 824. doi: 10.1002/jbmr.1496.
- Quesada-Gómez JM, Diaz-Curiel M, Sosa-Henriquez M, Malouf-Sierra J, Nogues- Solan X, Gomez-Alonso C, et al. Low calcium intake and inadequate vitamin D status in postmenopausal osteoporotic women. J Steroid Biochem Mol Biol. 2013; 136: 175-7. doi: 10.1016/j.jsbmb.2012.10.013.
- Quesada-Gómez, JM, Bouillon R. Is calcifediol better than cholecalciferol for vitamin D supplementation?. Osteoporos Int. 2018; 29:1697-1711. doi: 10.1007/s00198-018-4520-y.
- Roizen JD, Long C, Casella A, O'Lear L, Caplan I, Lai M, et al. Obesity Decreases Hepatic 25-Hydroxylase Activity Causing Low Serum 25-Hydroxyvitamin D. J Bone Miner Res. 2019 . e3686. doi: 10.1002/jbmr.3686.