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El deterioro cognitivo como factor de riesgo de maltrato



La detección del deterioro cognitivo es importante para poder tomar medidas que eviten su progresión, así como mejorar su calidad de vida en lo posible. Además de factores únicamente relacionados con la fisiopatología de la enfermedad, es importante destacar otros aspectos, ya que el ser humano se afecta de forma biopsicosocial. Uno de los factores importantes a destacar es el maltrato, el cual puede venir de varios orígenes (pareja, expareja, hijos, familiares lejanos, cuidadores no profesionales, cuidadores profesionales...).

La edad avanzada es un factor de riesgo de maltrato, pero también lo es la situación de dependencia funcional. Según un estudio1 que analiza factores protectores y de riesgo.

Factores adicionales que incrementan el riesgo de maltrato de estas poblaciones:

  • La presencia de sobrecarga del cuidador
  • Que la persona cuidada tenga un alto grado de discapacidad
  • Que la persona cuidadora sea cónyuge de la persona con demencia

Factores protectores frente al abuso físico fueron:

  • Cuidadora mujer que no fuese cónyuge de la persona con demencia
  • Que la persona cuidadora no experimentase agresión por parte de la persona con demencia
  • Que tenga asignado un contacto personal municipal de servicios de salud

Además de la edad avanzada, la demencia es otro factor de riesgo de maltrato. Si se comparan con personas de la misma edad sin demencia, las personas con demencia son más propensas a explotación financiera, más dependientes de otras para sus necesidades de cuidado, más propensas a recibir cuidados diarios y son más propensas a tener discapacidad funcional2. Esto, ligado a lo mencionado previamente, ayuda a identificar factores de riesgo importantes a tener en cuenta en nuestra práctica diaria.

Otros datos de interés según estudios de violencia doméstica en personas mayores: las víctimas son más frecuentemente mujeres y personas mayores y los agresores son más frecuentemente varones y personas más jóvenes que las víctimas3. Adicionalmente, se han identificado factores de riesgo por parte de los profesionales de residencias de ancianos, en una revisión que llegó a incluir (tras descartar duplicaciones) 46 estudios. Los factores de riesgo de maltrato fueron: experiencias previas de abuso, burnout, estrategias de afrontamiento personal y tensión emocional. Adicionalmente, características sociodemográficas y relacionadas con malas condiciones laborales también se asociaron a incremento del riesgo4.

Por tanto, según los datos mostrados previamente, se puede llegar a una conclusión: desde Atención Primaria se puede incidir en diversos factores que están íntimamente relacionados con el maltrato (y, por tanto, la calidad de vida) de las personas con demencia, y se pueden realizar desde diferentes tipos de abordaje:

  • Detección: así como la detección de una persona con deterioro cognitivo como factor de riesgo de maltrato, el tener una actitud proactiva para detectar situaciones de maltrato hace que se puedan realizar medidas de ayuda con más prontitud. Tener un adecuado seguimiento de las personas con deterioro cognitivo hará identificar casos o factores de riesgo con más facilidad y darle un apoyo y seguimiento a las personas cuidadoras que sean familiares con poca ayuda externa, de cara a prevenir sobrecarga y detectar problemas de salud (física y mental), así como intentar una descarga para la persona cuidadora en caso de ser necesario
  • Aporte de información a personas con deterioro cognitivo y familiares: una concienciación de la sociedad podría suponer una formación valiosa de cara a detectar nuevos casos así como de cara a un mayor empleo y conocimiento de los recursos disponibles en la ayuda frente a estas situaciones. Se podrían realizar actividades a nivel de la consulta del Centro de Salud, pero también actividades coordinadas con ayuntamientos, centros de cuidados y centros cívicos, de más abordaje comunitario
  • Coordinación y sensibilización de personas especializadas en Enfermería, Trabajo Social y Medicina de Familia, como parte del núcleo de Atención Primaria trabajando coordinadas entre ellas, para una mejor atención del problema. Adicionalmente, esa coordinación se hace extensible a otras entidades, como residencias de ancianos, centros de día, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad...
  • Apoyo a mejores condiciones de las personas cuidadoras, de cara a evitar sobrecarga del cuidador y el burnout que se presentan con las malas condiciones laborales, ya que no afecta únicamente a la salud de la persona afecta, sino de las que necesitan cuidados
  • Especial puesta de interés en el control de síntomas de agresividad y agitación, así como otras comorbilidades. En las personas con deterioro cognitivo este tipo de sintomatología incrementa el riesgo de maltrato, así que habrá que tener especial cuidado en tratarla y prevenirla. Las medidas higiénicas/no farmacológicas son las más importantes, aunque habrá que tener en cuenta la detección de descompensaciones de enfermedades crónicas así como infecciones. En último lugar, habrá de intentarse la terapia farmacológica, que consistirá en tener la terapéutica del deterioro cognitivo actualizada y, si fuese necesario, emplear psicofármacos a la mínima dosis eficaz (y con un seguimiento de cara a detectar y actuar frente a posibles efectos adversos)

En resumen, una acitud proactiva desde Atención Primaria podría ayudar a mejorar esta problemática.


Bibliografía y referencias: