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Hablemos de los aspectos generales de las vacunas



Los cimientos del conocimiento se anclan desde la base. Por ello, es necesario e importante conocer una serie de conceptos básicos y generales sobre las vacunas antes de comenzar el estudio más detallado de éstas. Las vacunas son productos inmunobiológicos con los que buscamos generar una respuesta inmune propia que nos proteja frente a un agente infeccioso patógeno en un encuentro posterior. Se trata por tanto de inmunizarnos activamente ya que enseñamos a nuestro sistema inmunitario a responder frente al agresor.

Las principales características que debe cumplir toda vacuna son inmunogenicidad, seguridad, estabilidad, eficacia, efectividad y eficiencia. Las vacunas se pueden clasificar de diversas formas. Atendiendo a su composición podemos distinguir vacunas monovalentes, polivalentes o combinadas. Atendiendo a su naturaleza microbiológica y forma de obtención se clasifican en víricas y bacterianas que a su vez pueden ser atenuadas o inactivadas. Finalmente, según los objetivos epidemiológicos a conseguir con la aplicación de la vacuna en la población, las vacunas se pueden dividir en sistemáticas o no sistemáticas. Las primeras son la que solemos encontrar en el calendario vacunal para una población determinada mientras que las últimas se recomiendan solo en determinadas situaciones.

Las vacunas son un logro sin igual, constituyen un bien para la humanidad a una escala que ni imaginamos y poseen un valor incuestionable en varias vertientes. Por un lado tienen un gran valor científico al nivel de otros importantes avances tecnológicos. Por descontado tienen un valor clínico y epidemiológico enorme haciendo referencia al gran descenso que han logrado determinadas enfermedades infecciosas y con la mira puesta en la erradicación de todas las que se pueda. Por otro lado, tienen un verdadero valor económico representando una de las mejores inversiones en salud. Finalmente, estos beneficios que las vacunas aportan al conocimiento, a la salud y al ahorro convergen en un beneficio social que abarca desde el desarrollo cultural de los pueblos al significado más filosófico de la felicidad individual y colectiva y todo ello desde la provisión de una población sana gracias a la prevención de la enfermedad en un ciclo interminable. Además las vacunas son ejemplo de solidaridad mediante el concepto de inmunidad de grupo y también de equidad al lograr el mismo beneficio en salud en grupos de distinto nivel socioeconómico.