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Medicamentos para tratar el vértigo



La betahistina es un análogo sintético de la histamina que, por su farmacodinámica, no se recomienda su asociación con antihistamínicos. En el oído interno sus efectos consisten en una vasodilatación que tiene lugar primero en las arteriolas y luego en capilares y vénulas de la estría vascular y ligamento espiral, documentando un aumento de flujo vascular en el vestíbulo. En el núcleo vestibular produce una disminución de la excitabilidad por medio de una inhibición dosis-dependiente de las neuronas, lo cual explica parte del efecto antivertiginoso y la reducción de la duración del nistagmo. La tolerancia al fármaco es buena y los efectos secundarios, de tipo gástrico, infrecuentes.

La trimetazidina es un vasodilatador periférico que mejora algunos síntomas vestibulares. Posee propiedades antiisquémicas demostradas en múltiples estudios en pacientes con cardiopatía isquémica, añadiendo un factor citoprotector al intervenir en procesos bioquímicos que evitan la alteración de la producción de sustratos energéticos necesarios, optimizando la glicolisis aerobia frente a la anaerobia. El oído interno es un órgano que requiere un flujo sanguíneo continuo para su oxigenación y eliminación de desechos metabólicos. Las alteraciones en dicho flujo afectan al funcionamiento cocleovestibular, produciendo ineficacia en el control postural y en la respuesta auditiva. En diversos trabajos clínicos se ha podido demostrar que la trimetazidina reduce la frecuencia y duración del vértigo y mejora los síntomas de la enfermedad de Ménière. Por sus efectos adversos, existen restricciones de indicaciones por parte de la Agencia Europea de Medicamentos (EMEA) y de la AEMPS.

Neutróficos

Piracetam, citicolina: en la actualidad no tienen indicaciones en el tratamiento del vértigo ni en los trastornos del equilibrio.

Sulpirida: parece actuar regulando las funciones periféricas en las fases agudas de un ataque vertiginoso contribuyendo a la más rápida resolución de la crisis, su modo de actuación no ha sido claramente establecido. Su uso prolongado puede acarrear efectos indeseables a nivel neurológico y endocrinológico, por lo que no debe ser empleado como tratamiento preventivo o de mantenimiento.

Tabla 1: Tratamiento del vértigo posicional periférico benigno en fase aguda
Fase aguda (hasta desaparición de síntomas)
Maniobras de Epley
Tratamiento médico Sulpirida: 50-100 mg / 8h ó 100 mg i.m. al inicio.

VertigoHeel (en casos agudos):

Formulación en gotas: Adultos y niños a partir de 12 años: 10 gotas cada 1/2 - 1 hora hasta un máximo de 12 veces al día, y después se continúa con la dosis estándar.

Formulación en comprimidos: Adultos y niños a partir de 12 años: 1 comprimido cada 1/2 - 1 hora hasta un máximo de 12 veces al día, y después se continúa con la dosis estándar.

Formulación inyectable: 1 amp/IM o SC o ID al día.

Se puede asociar:

Diazepam: 2-10 mg / 2-4 veces / día (si no se mejora con la medicación previa).

Metoclopramida: 5 a 10 mg / 6 horas, retirar cuando desaparecen náuseas o vómito.

Tabla 2: Tratamiento del vértigo posicional periférico benigno intercrisis
Intercrisis (Duración del tratamiento de 1 a 3 meses)
Ejercicios de reeducación vestibular
Tratamiento médico

VertigoHeel:

Gotas orales en solución [Dosis estándar]: Adultos y niños a partir de 12 años: 10 gotas 3 veces al día.

Comprimidos [Dosis estándar]: Adultos y niños a partir de 12 años: 1 comprimido 3 veces al día, dejándolo disolver en la boca.

Se puede asociar:

Betahistina: 8 mg / 8h.