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Desarrollo tecnológico en prótesis valvulares aórticas


Dr. Rafael José Ruiz Salmerón | Cardiología

Hospital Universitario Virgen Macarena, Sevilla


Desde el primer implante en el año 2002 realizado en Rouen (Francia) por el profesor Alain Cribier, la evolución tecnológica de las prótesis valvulares aórticas para implante transcatéter (TAVI) ha sido continuo. La innovación se ha dirigido a la resolución de los grandes retos que se plantearon en los estudios iniciales, como el PARTNER: mejorar la predictibilidad del procedimiento evitando el riesgo de malposición protésica, reducir la tasa de insuficiencia aórtica periprotésica que se ha demostrado que aumenta la mortalidad de los pacientes, y reducir el perfil de los dispositivos, ya que el grosor de los catéteres se relaciona directamente con el riesgo de complicaciones vasculares.

Dentro de las prótesis expandibles por balón, la última evolución técnica ha sido disponer del modelo Edwards SAPIEN 3. Esta prótesis posee una plataforma de cromocobalto recubierta en su exterior por un faldón de polietileno tereftalato (PET), mientras que en su interior contiene tres velos de pericardio bovino tratados con una solución anticalcificante; la prótesis permite un perfil muy bajo (14 F) para los dos tamaños habitualmente empleados (23 mm y 26 mm de diámetro protésico) (Figura 1).

Figura 1

El diseño de la prótesis SAPIEN 3 buscaba la solución a la insuficiencia aórtica periprotésica a través del faldón exterior que actúa como una almohadilla que ocluye los espacios entre prótesis y tejido calcificado nativo que la circunda. Por otro lado, la importante reducción de su perfil la hace más accesible a los pacientes y reduce el riesgo de complicaciones vasculares en el acceso.

Estas propiedades debían ser refrendadas en un estudio clínico. Recientemente se han comunicado en el congreso europeo de intervencionismo endovascular PCR 2015 (París, Francia) los resultados del estudio SAPIEN 3 por el profesor John Webb del St. Paul's Hospital, Vancouver (Canadá), investigador principal. Este registro ha sido realizado en 16 centros de cuatro países europeos y Canadá, y ha incluído 150 pacientes con estenosis aórtica severa y alto riesgo quirúrgico (96 pacientes por vía transfemoral y 54 por vía transapical/trasaórtica).

Los resultados de este estudio muestran la tasa de supervivencia al año más alta de la registrada en la actualidad con TAVI (91,6% para la vía transfemoral) y tasas muy bajas de ictus (1,1%) y especialmente de insuficiencia aórtica periprotésica (2% de grado moderado y ninguna de grado severo) (Figura 2).

Figura 2

Tras estos resultados, el profesor Web se planteó que, llegado a este punto de eficacia y seguridad del procedimiento TAVI, sí debería ser aprobado para todos los pacientes ancianos con estenosis aórtica severa, sin considerar encuadrarlos previamente en escalas de riesgo quirúrgico.

Esto responde a preguntas realizadas por alumnos del Programa AAP durante la sesión de cómo podrían mejorarse los resultados del TAVI y por qué no es una técnica de intervención más ampliamente extendida. La innovación técnica que se está desarrollando en el intervencionismo percutano valvular (aórtico y mitral) es de tal magnitud, que no va a ser posible otro escenario de la intervención valvular en el futuro. Todavía no es el momento, pero veremos el día en el que los pacientes puedan ser intervenidos para reemplazo valvular aórtico o mitral en régimen de cirugía mayor ambulatoria.