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El asma inducida por el ejercicio y la práctica deportiva en niños



El asma inducida por el ejercicio es frecuente en la edad pediátrica. Se define como la obstrucción transitoria y reversible de las vías aéreas bajas desencadenada por la práctica de ejercicio físico intenso. Los síntomas de tos y disnea con sibilancias suelen presentarse durante o una vez finalizado el ejercicio, alcanzando su máxima expresión a los 5-10 minutos de haber finalizado y con un periodo refractario de 2 a 3 horas tras su aparición1,2.

Es importante que el deporte y el entrenamiento físico estén integrados en la vida normal del niño con asma, eso le va a permitir mejorar su capacidad pulmonar, el control del asma y una disminución de los síntomas.

Para cumplir el objetivo es importante establecer una comunicación fluida del médico con el niño y su entorno familiar, y con el profesor de educación físico, teniendo en cuenta que son medidas de prevención y no de sobreprotección.

Es importante aconsejar a las familias que los niños con asma pueden realizar cualquier tipo de actividad deportiva.

Se recomienda especialmente los deportes con menos probabilidad de asma como son la natación, waterporlo y los deportes de equipo, al ser el trabajo físico menos continuado y existiendo periodos de reposo3,4. Igualmente también se aconseja la realización de deportes de habilidad (golf, tiro...).

Se desaconseja de forma absoluta los deportes de riesgo como el buceo con bombonas de oxígeno donde el aire frío que suministran las bombonas puede por sí solo provocar una crisis de asma, así como la alta presión de los mismos pudiendo producir alteraciones pulmonares irreversibles3,4.

Antes de iniciar las actividades deportivas hay que valorar que el niño tenga adecuadamente controlada su asma a través de la medicación antiinflamatoria de mantenimiento (antileucotrienos o corticoides inhalados) y que el entrenador conozca la patología del niño y cómo actuar a través de un plan de acción por escrito en caso de presentar una crisis aguda de asma1.

Aquellos niños con asma que presentan broncoespasmo inducido por ejercicio deben tomar una serie de medidas preventivas con el objetivo de reducir la morbilidad ante el ejercicio físico mejorando su calidad de vida y elevando su autoestima5.

Entre las medidas preventivas destacan algunas medidas farmacológicas y no farmacológicas5,6.

Medidas no farmacológicas

  • Evitar actividad física si tiene una infección respiratoria o presencia de síntomas
  • Evitar aquellos deportes al aire libre en los días de alta contaminación o en caso de alérgicos al polen evitar los parques con días de viento
  • Evitar ingesta abundante de alimentos previa al ejercicio físico
  • Desosbstrucción de las fosas nasales y en caso necesario la reeducación de la respiración nasal (garantiza un mejor calentamiento y humidificación del aire)
  • Calentamiento previo al ejercicio, por lo menos durante 15 minutos con ejercicios musculares y respiratorios para inducir un período refractario al asma
  • Enseñar y utilizar si fuera necesario el uso de medidores de flujo en niños mayores de 6 años
  • Evitar que cometa imprudencias cuando está solo o que practique ciertos deportes de riesgo (montaña, escalada, ratfing)

Medidas farmacológicas

  • Beta-2-adrenérgios de acción corta (SABA). Son los más eficaces en la prevención del broncoespasmo inducido por ejercicio. Se recomienda la administración con 2 inhalaciones 15 minutos previamente al ejercicio. A tener en cuenta que el uso prolongado del mismo genera una pérdida de eficacia. Cuando se combina con calentamiento previo al ejercicio tiene un efecto aditivo en la prevención7
  • Glucocorticoides inhalados (GCI). Deben añadirse cuando la necesidad de los SABA sea continuada, ya que disminuyen la frecuencia e intensidad de las crisis. Una revisión Cochrane demostró que los GCI durante 4 semanas antes del ejercicio pueden disminuir los descensos del FEV1 después del ejercicio en niños8
  • Antileucotrienos, como el montelukast son una opción terapéutica, ya que se ha demostrado su eficacia en la prevención de obstrucción bronquial causada por el ejercicio9


Bibliografía y referencias:

  1. Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica. GEMA 5.3: Guía Española para el Manejo del Asma. Soiedad Española de Médicos Generales y de Familia. Edición Luzán Cinco. 2023.
  2. Bonini, M., Palange, P. Exercise-induced bronchoconstriction: new evidence in pathogenesis, diagnosis and treatment. asthma res and pract 1, 2 (2015)
  3. Parsons JP, Hallstrand TS, Mastronarde JG, Kaminsky DA, Rundell KW, Hull JH, et al. An official American Thoracic Society clinical practice guideline: exercise-induced bronchoconstriction. Am J Respir Crit Care Med. 2013 May 1;187(9):1016-27.
  4. Jing Z, Wang X, Zhang P, Huang J, Jia Y, Zhang J, Wu H, Sun X. Effects of physical activity on lung function and quality of life in asthmatic children: An updated systematic review and meta-analysis. Front Pediatr. 2023 Feb 8;11:1074429.
  5. Weiler JM, Brannan JD, Randolph CC, Hallstrand TS, Parsons J, Silvers W, et al. Exercise-induced bronchoconstriction update-2016. J Allergy Clin Immunol. 2016 Nov;138(5):1292-1295.e36.
  6. Molis MA, Molis WE. Exercise-induced bronchospasm. Sports Health. 2010 Jul;2(4):311-7. doi: 10.1177/1941738110373735.
  7. Bonini M. Beta-2 agonists for exercise-induced bronchoconstriction in children. Paediatr Respir Rev. 2014 Mar;15(1):42-4.
  8. Koh MS, Tee A, Lasserson TJ, Irving LB. Inhaled corticosteroids compared to placebo for prevention of exercise induced bronchoconstriction. Cochrane Database Syst Rev. 2007 Jul 18;2007(3):CD002739.
  9. Colice G, Calhoun WJ. Section 2. Exercise-Induced Bronchospasm: Albuterol versus Montelukast: Highlights of the Asthma Summit 2009: Beyond the Guidelines. World Allergy Organ J. 2010 Feb 15;3(2):23-30.