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Fiebre tifoidea: resistencia a los antibióticos y estrategias de vacunación



La fiebre tifoidea es una infección bacteriana causada por la bacteria gramnegativa Salmonella enterica subespecie enterica serovar Typhi (S. Typhi), que es prevalente en muchos países de ingresos bajos y medianos. Se estima que 26,9 millones de episodios ocurren anualmente en todo el mundo.

En los territorios de ingresos altos, la enfermedad está predominantemente relacionada con los viajes, como consecuencia de los desplazamientos a regiones endémicas. Sin embargo, los datos de estudios publicados muestran que el nivel de vacunación contra la fiebre tifoidea en los viajeros es bajo. Si a esto se suma que el manejo de la infección se está volviendo cada vez más difícil debido a la resistencia a los antibióticos (la resistencia emergente a medicamentos se ha extendido geográficamente debido a entre otros factores al aumento de la conectividad, que afecta tanto a los que viven en regiones endémicas como a los viajeros) entenderemos que nos enfrentamos a un potencial problema.

En esta línea, recomiendo la lectura detenida de una reciente revisión sobre la enfermedad publicada en la revista Travel Medicine and Infectious Diseases1. Artículo que proporciona una descripción general de la epidemiología y el diagnóstico de la fiebre tifoidea. También aborda la problemática de la aparición de cepas resistentes a los antibióticos tanto en el entorno de países endémicos como en los viajeros a estos lugares.

Afortunadamente disponemos de vacunas eficaces para prevenir la enfermedad. Y por tanto debemos conocerlas y recomendarlas desde nuestras consultas siguiendo las estrategias definidas por los programas de vacunación y recomendaciones de viaje para una selección de destinos con una incidencia media o alta.

Hay dos vacunas contra la fiebre tifoidea ampliamente disponibles: Vivotif® (Emergent BioSolutions), una formación de cápsula con cubierta entérica de la vacuna viva atenuada Ty21a, y TYPHIM Vi® (Sanofi Pasteur), una formulación líquida de la vacuna de polisacárido Vi no conjugado (ViPS).

Recordemos también que la vacunación tiene el potencial de disminuir el uso de antibióticos (tanto de reserva como terapéuticos) y limitar la aparición de S. Typhi multirresistentes, y debe ofrecerse a los viajeros a destinos donde la enfermedad es frecuente.

Desde Atención Primaria debemos conocer por ejemplo que la razón más común para viajar al extranjero para pacientes que posteriormente contrajeron fiebre tifoidea fue visitar amigos o familiares, el denominado viajero “VFR” (visiting friends and relatives), debido a factores que incluyen una mayor probabilidad de viajar por períodos de tiempo más largos, viajar a destinos rurales y ser más propensos a beber agua sin tratar o que el riesgo de contraer fiebre tifoidea aumenta con la duración de la estancia. Sin embargo, los datos muestran que la fiebre tifoidea es un riesgo incluso para viajes de corta duración. Por lo tanto, se deben considerar los comportamientos y la exposición en el destino, no solo la duración del viaje.

Sin duda un buen artículo de revisión para recordar la enfermedad y reducir el riesgo de enfermar en nuestros viajeros.


Bibliografía y referencias: