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¿La suplementación con vitamina D previene la diabetes mellitus tipo 2?


Dra. Sònia Miravet Jiménez | Medicina Familiar y Comunitaria

Servicio de Atención Primaria de Alt Penedès, Barcelona


Existe un debate acerca de los posibles efectos favorables de la 25-hidroxivitamina D (por sus acciones sobre múltiples órganos) y los efectos desfavorables de su déficit y el aumento de la solicitud de determinaciones plasmáticas de la misma, en ocasiones, sin una justificación lo suficientemente contrastada.

Es necesario determinar y aplicar en atención primaria unos criterios racionales para determinar y prescribir fármacos que contengan 25-hidroxivitamina D. Si no es así, podemos encontrarnos ante casos graves de hipercalcemia por sobredosificación en pacientes adultos, pero también en pediatría1.

Existe una relación entre la obesidad y los niveles bajos de vitamina D. Si vamos más allá, parece ser que en las mujeres la grasa abdominal se relaciona con niveles más bajos de 25-hidroxivitamina D, mientras que en los hombres, estos niveles bajos se asociarían con la grasa en hígado y abdomen.

En un estudio publicado en el Diabetes Care2 se concluye que las personas que presentan niveles correctos de 25-hidroxivitamina D pueden presentar un menor riesgo de sufrir diabetes mellitus tipo 2, posiblemente por el efecto antiinflamatorio de la propia vitamina D. Sin embargo, no conocemos si la suplementación con vitamina D disminuiría el riesgo de diabetes mellitus tipo 2.

Es plausible que los niveles de vitamina D puedan modificar el riesgo de padecer diabetes ya que el déficit de 25-hidroxivitamina D produce un aumento de la resistencia a la insulina y una disfunción de la célula beta pancreática, según se desprende de estudios observacionales.

Para estudiar este fenómeno, en un artículo muy reciente de Pittas A et al.3, se aleatorizaron adultos con, al menos, dos de los tres criterios glucémicos de prediabetes, según la ADA4 (glucemia plasmática en ayunas entre 100 y 125 mg/dl, niveles de glucosa plasmática 2 horas posteriores a una sobrecarga de 75 g de glucosa entre 140 y 199 mg/dl y/o HbA1c entre 5,7 y 6,4%) y pacientes sin estos criterios, a recibir 4.000 UI diarios de vitamina D3 o placebo, sin tener en cuenta el estado basal plasmático de 25-hidroxivitamina D. El objetivo primario fue analizar el tiempo que transcurría en ambos grupos hasta el diagnóstico de diabetes mellitus tipo 2.

Fueron incluídos un total de 2.423 participantes (1.211 al grupo de vitamina D y 1.212 al grupo de placebo). Se siguieron 2 años. Al finalizar el estudio, la media plasmática de 25-hidroxivitamina D en el grupo de vitamina D era de 54,3 ng/ml (basal de 27,7 ng/ml) comparada con los 28,8 ng/ml en el grupo placebo (basal de 28,2 ng/ml). A los 2,5 años, 293 participantes del grupo de vitamina D fueron diagnosticados de diabetes, comparados con 323 participantes del grupo placebo (9,39 y 10,66 eventos por 100 personas-año, respectivamente, Figura 1). El hazard ratio (HR) para vitamina D comparada con placebo fue de 0,88 (IC 95% 0,75-1,04; p = 0,12). La incidencia de efectos adversos no difirió de forma significativa entre los dos grupos.

Grafica Curvas Kaplan Meier
Figura 1: Curvas de Kaplan-Meier para la supervivencia libre de diabetes mellitus tipo 2 entre adultos en riesgo de padecerla (suplementados con vitamina D frente placebo)3.

El estudio concluye que en personas en riesgo de sufrir diabetes mellitus tipo 2 (con o sin déficit de vitamina D3) la suplementación con dosis de 4.000 UI de vitamina D3 diarias no resulta en una disminución significativa del riesgo de sufrir diabetes, comparada con placebo, durante una media de seguimiento de 2,5 años.

Existen otros dos estudios coetáneos al comentado, por si son de vuestro interés, con similares resultados 5,6.

Por lo tanto, si trasladamos estos estudios y análisis a la práctica diaria debemos seguir siendo prudentes y no recomendar el cribado poblacional del déficit de vitamina D (tampoco en los pacientes con diabetes mellitus tipo 2 por el hecho de padecer la enfermedad) y sí en grupos de riesgo (niños que toman exclusivamente leche materna, ancianos institucionalizados, obesos, enfermedades hepáticas y renal, enfermedades malabsortivas de grasas, pacientes en tratamiento con antiepilépticos, corticoides, etc).

También será necesario si existen síntomas clínicos de raquitismo/osteomalacia, en adultos o niños con dolor óseo, niveles elevados de fosfatasa alcalina o paratirina y niveles bajos de calcio o fósforo, entre otros.


Bibliografía y referencias:

  1. Vitamina D: Casos graves de hipercalcemia por sobredosificación en pacientes adultos y en pediatría. Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).
  2. Thorand B, Zierer A, Huth C, Linseisen J, Meisinger C, Roden M, et al. Effect of Serum 25-Hydroxyvitamin D on risk for type 2 diabetes may be partially mediated by sublclinical inflammation. Diabetes Care 2011; 34 (10): 2320-22. Doi: 10.2337//dc11-0775.
  3. Pittas A, Dawson-Hugues B, Sheehan P, Ware J, Knowler W, Aroda V, et al. Vitamin D Supplementation and Prevention of Type 2 Diabetes. N Engl J Med, 2019. DOI: 10.1056/NEJMoa1900906
  4. American Diabetes Association. Standars of medical care in diabetes-2019. Diabetes Care 2019; 42 (Suppl. 1): S4–S6.
  5. Jorde R, Sollid ST, Svartberg J, et al. Vitamin D 20,000 IU per week for five years does not prevent progression from prediabetes to diabetes. J Clin Endocrinol Metab 2016; 101: 1647-55.
  6. Kawahara T, Suzuki G, Inazu T, et al. Rationale and design of Diabetes Prevention with active Vitamin D (DPVD): a randomised, double-blind, placebo-controlled study. BMJ Open 2016; 6(7): e011183.