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Probióticos en pediatría


Dra. Rosaura Leis Trabazo | Pediatría

Hospital Clínico Universitario de Santiago, Santiago de Compostela


La colonización inicial del recién nacido está más bien relacionada con la forma de alimentación que con el tipo de parto. Por tanto, modificaciones en la dieta y microflora del lactante (leche materna o empleo de pre/probióticos) podrían tener un papel en la prevención de la obesidad infantil.

La pandemia actual de la obesidad es el resultado de la interacción entre factores genéticos y ambientales. El posible impacto de la microbiota intestinal sobre el desarrollo de obesidad está bien documentado. Se sugiere que la existencia de poblaciones bajas de Bifidobacterium y altas de S. aureus en heces en la infancia son factores predictivos del desarrollo de obesidad en la edad adulta.

En ratones y humanos obesos existen más Firmicutes y menos Bacteroides. Genes que codifican enzimas que degradan hidratos de carbono.

Estudios en obesos establecen una relación entre obesidad, ganancia ponderal y disbiosis intestinal.

En el estudio recientemente publicado de Rothschild en cohortes de judíos de diferentes procedencias, no se observa ligación entre la procedencia y la microbiota que albergan. Las personas que conviven y no son parientes tienen microbiotas más parecidas que los parientes que no conviven, cuya diferencia es semejante a la que hay entre personas no emparentadas que viven independientemente. Se observa relación entre los valores de diferentes parámetros sanguíneos y microbiotas determinadas y también con el tipo de dieta (rica/pobre en vegetales/carne). Las enfermedades metabólicas más frecuentes son la obesidad, la diabetes mellitus, las dislipemias (cifras elevadas de colesterol y/o triglicéridos) y la hipertensión arterial.


Bibliografía y referencias: