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Resumen de las guías de práctica clínica sobre fibrilación auricular del 2020



Las nuevas guías para el diagnóstico y tratamiento de la fibrilación auricular (FA) publicadas el pasado mes de agosto aportan algunas novedades que afectan a la práctica clínica del médico de atención primaria y que intentaré sintetizar en este documento.

La primera de las recomendaciones afecta al diagnóstico que, a pesar de seguir siendo por electrocardiograma, ahora nos piden que se observe el trazado típico de fibrilación auricular durante al menos 30 segundos. Por otro lado, en relación con el cribado de fibrilación auricular hace referencia a la necesidad de informar al paciente de las implicaciones del tratamiento de la fibrilación auricular en caso de identificarse, pero también que cualquier dispositivo que se utilice para el cribado sea interpretado por un médico para garantizar el correcto manejo del paciente al que se le confirme la fibrilación auricular.

Respecto a la evaluación de los riesgos de tromboembolia y hemorragia nos recuerda que se debe hacer una reevaluación periódica, cada 4-6 meses. Particularmente en pacientes con alto riesgo de sangrado, HAS-BLED (evaluación del riesgo a 1 año de hemorragia mayor en pacientes con fibrilación auricular) superior o igual a 3 se deben reevaluar para intentar abordar los factores modificables y reducir este riesgo de sangrado.

Además, los autores de la guía nos recuerdan dos advertencias en relación con lo que no debemos hacer en el manejo terapéutico del paciente con fibrilación auricular. Por un lado, el riesgo de sangrado no debe orientar el uso de la anticoagulación oral y, por otro lado, el tipo de fibrilación auricular (paroxística, persistente o permanente) no debe condicionar la indicación de tromboprofilaxis.

Los autores de la guía se posicionan claramente en el inicio de la terapia antitrombótica, desaconsejando cualquier tratamiento en pacientes con CHA2DS2-VASc=0, incluida la antiagregación e iniciando la anticoagulación en varones con 1 punto y en mujeres con 2 puntos. En cuanto al manejo clínico, redunda en la necesidad de anticoagular preferentemente con anticoagulantes orales directos (ACOD), excepto en aquellos pacientes con contraindicaciones como pacientes con prótesis valvular metálica y estenosis mitral reumática.

En el caso particular de los pacientes con angioplastia reciente por síndrome coronario y coexistencia de fibrilación auricular, se debe suspender el ácido acetilsalicílico, en caso de tomar y usar doble terapia con anticoagulación oral y clopidogrel preferentemente, como antiagregante inhibidor P2Y12. A partir del año tras la implantación del stent, el paciente sólo recibirá anticoagulación oral, como ya indicaban las guías anteriores.

Espero que este breve resumen de las novedades de la guía, pueda servir de ayuda a vuestra práctica clínica.


Bibliografía y referencias: