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Tabaco y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)



En este post me gustaría comentar un reciente artículo1 publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el que se destaca que el tabaquismo es la principal causa de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) en los países con ingresos altos (responsable de casi el 70 %) y que, para evitar la enfermedad, el primer paso es la deshabituación tabáquica.

Las personas con EPOC tienen un alto riesgo de padecer cáncer de pulmón, enfermedades cardiovasculares, diabetes mellitus tipo 2 y el abandono del tabaco no solo reduce el riesgo de EPOC sino también del desarrollo de estas enfermedades coexistentes.

Los niños también se ven afectados con el humo del tabaco, como es el caso del estancamiento de su crecimiento y del desarrollo de sus pulmones. Aboga por la implementación de medidas para proteger a esta población vulnerable, ya que las estrategias agresivas de las compañías tabacaleras van dirigidas específicamente a niños, adolescentes y adultos jóvenes.

Nos habla de que la EPOC es una enfermedad obstructiva crónica, que afecta progresiva e irreversiblemente a las vías estrechas respiratorias, provocando cambios estructurales o cicatrización de las mismas con inflamación persistente. También implica mayor riesgo de desarrollar cáncer de pulmón con una tasa de mortalidad cinco a años del 25 %.

A nivel mundial la EPOC ocupa la tercera causa de muerte y las tres cuartas partes de las personas con EPOC viven en países de ingresos bajos y medios.

Además del tabaco, existen otros factores de riesgo (responsables del 60 % en países de ingresos bajos y medios) como la contaminación del aire interior y exterior que facilita la aparición de infecciones respiratorias en la primera infancia. Los prematuros con bajo peso al nacer y la tuberculosis son otros factores de riesgo así como la exposición tabáquica pasiva, especialmente en los niños.

El humo del tabaco, además de la nicotina y el alquitrán, tiene miles de sustancias químicas algunas con efectos cancerígenos y tóxicos, que se depositan en las vías respiratorias dependiendo del tamaño de sus partículas. Las más grandes se depositarán en las vías respiratorias mayores y centrales y las más pequeñas en las vías y en los sacos externos provocando inflamación crónica, infecciones, estrés oxidativo y daño de las áreas de intercambio de gases del pulmón.

Otras comorbilidades de la EPOC incluyen enfermedades coronarias, enfermedades arteriales periféricas, fibrilación auricular, insuficiencia cardíaca congestiva, atrofia de la musculatura, síndromes metabólicos que incluyen la diabetes, osteoporosis, depresión, ansiedad o cáncer de pulmón.

La comorbilidad más conocida y temida es el cáncer de pulmón cuyo riesgo es de 4 a 6 veces mayor en las personas con EPOC en comparación con la población general.

Tanto el cáncer de pulmón como la EPOC tienen factores de riesgo comunes, como el humo de tabaco, la contaminación del aire interior y exterior así como vías comunes para el desarrollo de enfermedades y sus síntomas como la tos crónica, la disnea y el malestar en el pecho, que se superponen, lo que dificulta la diferenciación entre las dos afecciones solo por sus síntomas.

La inflamación crónica en la EPOC contribuye al estrechamiento de los vasos sanguíneos, y la función pulmonar reducida y el deficiente intercambio de oxígeno aumenta la tensión sobre el corazón. Esto provoca un aumento de la presión arterial en los pulmones y además las arterias coronarias o la insuficiencia cardíaca pueden comprometer la función del pulmón reduciendo el suministro de oxígeno. Por lo tanto, la existencia de ambas comorbilidades aumenta la tasa de mortalidad, las hospitalizaciones y reduce la calidad de vida.

La exposición pasiva al tabaco tanto en la edad infantil como adulta se relaciona con un mayor riesgo de mortalidad por EPOC. Esto afecta negativamente al sistema respiratorio en personas que ya padecen asma, infecciones o alergias.

Puede causar inflamación, constricción y obstrucción de las vías respiratorias y daño del tejido pulmonar aumentando la probabilidad de desarrollar EPOC o de empeorar los síntomas existentes del mismo, disminuyendo la función pulmonar y aumentando el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.

Durante el embarazo, la exposición al humo puede provocar parto prematuro y aumento de enfermedades respiratorias como asma y EPOC en la descendencia.

No hay evidencia de que el tabaco sin humo (como el rapé o el tabaco de mascar) pueda producir EPOC, lo que sí produce, es la exposición a la nicotina (sustancia adictiva) y a las toxinas nocivas y puede provocar cáncer de boca y garganta.

El uso de los sistemas electrónicos de administración de nicotina (ENDS Electronic Nicotine Device System), provocan lesiones pulmonares, y sus usuarios muestran un aumento de síntomas respiratorios, un riesgo elevado de desarrollar enfermedades de las vías respiratorias y una disminución de la función pulmonar. Sin embargo, no se ha demostrado que conduzca al desarrollo de la EPOC. Osei et al. informaron de que sus usuarios tienen un riesgo 75 % mayor de desarrollar EPOC en comparación con quienes nunca los han usado.

No se debe promover el uso de cigarrillos electrónicos como alternativa para dejar de fumar.

En cuanto a los productos de tabaco calentado (HTP Hot Tobacco Products) por sus siglas en inglés, son promovidos por las tabacaleras como una alternativa menos nociva, pero actualmente no se pueden respaldar dichas afirmaciones.

Aunque estos productos han alcanzado popularidad en los últimos tiempos, la exposición a sus emisiones puede ser tan dañinas para las células pulmonares, como la exposición al humo del tabaco convencional, pueden causar una respuesta alérgica persistente, con inflamación que conduce a cicatrización de las vías respiratorias.

Ya que no existe una forma segura de consumir tabaco, debemos apoyar a sus usuarios para el abandono del mismo, incluido el uso de cigarrillos electrónicos o HTP, para retardar el deterioro de la función pulmonar y la progresión de la EPOC.

Las intervenciones a nivel poblacional para evitar la morbimortalidad por EPOC son esenciales. La OMS cuenta con herramientas bien establecidas para implementar medidas de control del tabaco como el Convenio Marco de la OMS para el Control de Tabaco (CMCT de la OMS) el cual introdujo el paquete MPOWEP 2018 que contiene un conjunto de seis medicamentos para el control de tabaco y medidas de reducción de la demanda, que corresponden a uno o más artículos del CMCT de la OMS.

El (PEN) Paquete de Intervenciones Esenciales para las Enfermedades No Transmisibles de la OMS para la atención primaria de salud incluye un módulo sobre el manejo de la EPOC. PEN enfatiza la necesidad de informar a los pacientes con EPOC sobre los riesgos del tabaquismo y la contaminación del aire interior y la necesidad de dejar de fumar.

En la 76ª Asamblea Mundial de la Salud en 2023, se realizaron las mejores inversiones actualizadas y otras intervenciones recomendadas para la prevención y control de las enfermedades no transmisibles. Éstas incluyeron seis intervenciones rentables para reducir el tabaquismo:

  1. Consejos breves: brindar a todos los consumidores de tabaco durante una consulta rutinaria o interacción con cualquier profesional de la salud un consejo breve sobre cómo lograr la deshabituación tabáquica
  2. Líneas telefónicas gratuitas para dejar de fumar: asesoramiento telefónico proactivo y reactivo.
  3. Intervenciones farmacológicas: terapia de reemplazo con nicotina, bupropión y vareniclina a todos los consumidores de tabaco que quieran dejar de fumar
  4. mCessation: un sistema de mensajería bidireccional basado en la biblioteca de contenidos mCessation, que guía a los consumidores de tabaco a través de un programa de apoyo para dejar de fumar mediante mensajes de texto de seis meses de duración
  5. La OMS también ha desarrollado un chatbox en asociación con WhatsApp, WeChat y Viber para brindar a los consumidores de tabaco los mejores consejos de cómo dejar de fumar.
  6. Aplicación móvil Quit Tobacco de la OMS: la aplicación está dirigida a todas las formas de tabaco, incluidos los productos sin humo y otros productos más nuevos y ayuda a los usuarios a identificar los factores desencadenantes, establecer sus objetivos, controlar los antojos y mantenerse concentrados para dejar de fumar

Es necesario que tanto los profesionales de la salud como los individuos y sus responsables políticos creen un mundo libre de tabaco. El consumo de tabaco entre niños, adolescentes y jóvenes es particularmente preocupante y las compañías tabacaleras dirigen sus tácticas a estos grupos vulnerables, por lo que es cuestión, no solamente de salud, sino de ética proteger a esta población.

Es imperativo que los consumidores de tabaco, especialmente en países de ingresos medianos y bajos, tengan acceso a un apoyo integral para dejar de fumar.

Este apoyo debe incluir consejos breves de profesionales de la salud, disponibilidad de líneas telefónicas gratuitas para dejar de fumar, acceso al tratamiento para dependencia de tabaco y herramientas digitales para dejar de fumar.


Bibliografía y referencias: