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Dermatitis atópica: ¿Por qué aparece?



Se desconoce la causa exacta de la aparición de la dermatitis atópica. Se sabe que existen factores hereditarios, genéticos y ambientales sobre los que es difícil intervenir y, por lo tanto, las estrategias de prevención primaria (dirigidas a evitar que se desarrolle) y secundaria (orientadas a la prevención de los brotes activos) de la dermatitis atópica no han demostrado eficacia1.

Desde el punto de vista fisiopatológico, en la dermatitis atópica existe una alteración de la barrera cutánea que facilita el acceso de los alérgenos (sustancias sensibilizantes y/o irritantes) a las capas más profundas de la epidermis, la aparición de disbiosis (es decir, proliferación de especies microbianas con una proporción y diversidad biológica anormal), la pérdida de factores de hidratación natural de la piel y, en último término, la aparición de anomalías inmunológicas que afectan tanto a la piel como al torrente circulatorio2. Todos estos factores se retroalimentan, de tal manera que la alteración primaria de la epidermis facilita la disbiosis, la cual empeora más la barrera cutánea, promoviéndose la liberación de citoquinas proinflamatorias que inflaman la piel e inducen el ciclo picor-rascado que incide aún más en las anomalías epidémicas.

Como consecuencia lógica de todo lo anterior, el manejo clínico de la dermatitis atópica debe incluir la reparación de la barrera cutánea, el tratamiento antiinflamatorio (tópico o sistémico), y el abordaje de una posible disbiosis.

La perspectiva futura de las opciones terapéuticas personalizadas en la dermatitis atópica por medio de biomarcardores específicos en la selección/estratificación, como en el seguimiento de los pacientes con dermatitis atópica, parece cada vez más cercana3. Aunque, en general, la dermatitis atópica tiene buen pronóstico y el 80% de los pacientes superan la enfermedad antes de los 8 años, muchos individuos conservan algunos estigmas atópicos de por vida, como la sequedad cutánea, la hiperqueratosis folicular o la fácil irritación de la piel4.


Bibliografía y referencias: