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Papel de la nicotinamida en la prevención del cáncer cutáneo no melanoma en trasplantados



El cáncer de piel no melanoma (CPNM), principalmente el carcinoma basocelular y el carcinoma escamoso, son las neoplasias más frecuentes en el ser humano. La exposición a la radiación ultravioleta (UV) es su principal factor etiopatogénico.

El uso de fotoprotectores se ha asociado a una disminución de la incidencia de carcinoma escamoso cutáneo y queratosis actínicas1,2. Además, su uso prolongado podría reducir la incidencia de carcinoma basocelular y melanoma3. No obstante, la adherencia en la aplicación de protectores solares es frecuentemente inadecuada, incluso en pacientes de alto riesgo4. Este hecho hace necesaria la búsqueda de medidas preventivas adicionales para disminuir la incidencia de estas neoplasias tan prevalentes.

Los inmunosupresores necesarios para evitar el rechazo de un trasplante de órgano sólido confieren un riesgo 50 veces mayor de desarrollar CPNM a los pacientes trasplantados frente a la población general5. Estas neoplasias, además de ser más frecuentes, son más agresivas y con una mayor tendencia a metastatizar y a la recurrencia local en trasplantados que en inmunocompetentes6 .

La nicotinamida (vitamina B3) promueve la reparación del daño en el ADN provocado por la radiación UV en los queratinocitos y disminuye sus efectos inmunosupresores.

Se ha observado que la nicotinamida reduce la incidencia en un 23 % de neoplasias derivadas de queratinocitos (carcinoma epidermoide y carcinoma basocelular) y queratosis actínicas en pacientes inmunocompetentes de alto riesgo (sujetos que habían presentado al menos un CPNM en los últimos 5 años)7. Sin embargo, el efecto de este fármaco en pacientes inmunosuprimidos por un trasplante de órgano sólido no está claro. Dado que la nicotinamida es un fármaco asequible y su perfil de seguridad es muy favorable, supone un gran interés investigar el potencial efecto quimiopreventivo de esta molécula en estos sujetos.

El grupo de Allen et al. realizó un ensayo clínico multicéntrico doble ciego aleatorizado fase 3 donde se incluyeron pacientes trasplantados de órgano sólido que habían tenido al menos 2 neoplasias cutáneas (carcinoma escamoso o basocelular) en los últimos 5 años8. Los participantes se dividieron aleatoriamente y un grupo recibió 500 mg de nicotinamida dos veces al día durante 12 meses frente al otro grupo que recibió placebo.

Los resultados del estudio mostraron que a los 12 meses el número de neoplasias derivadas de queratinocitos fue similar en ambos grupos. El número de carcinomas basocelulares, espinocelulares y queratosis actínicas fueron también similares en las dos cohortes de pacientes. Los efectos adversos y los cambios analíticos en sangre y orina fueron similares en ambos grupos de sujetos.

Los autores señalaron que entre las limitaciones del estudio destacaban un tamaño muestral menor de lo esperado (158 pacientes frente a los 254 establecidos como objetivo previamente al reclutamiento) y el menor número de neoplasias queratinocíticas detectadas en el ensayo frente a las esperadas según otros estudios.

El micofenolato mofetil, la azatioprina, la ciclosporina y el tacrolimus, fármacos usados habitualmente en el trasplante de órgano sólido, impiden la reparación del ADN y tienen efectos carcinogénicos más allá de provocar solamente inmunosupresión.

Los autores hipotetizan que la nicotinamida podría no ser capaz de contrarrestar el efecto supresor de estos fármacos inmunosupresores en la reparación enzimática del ADN y en la inmunidad antitumoral, a pesar de su probado efecto reductor en la inmunosupresión inducida por los rayos UV y facilitador de la reparación del ADN en ausencia de estos fármacos9.

Concluyen señalando que estudios multicéntricos internacionales con un mayor número de pacientes o un ensayo enfocado solamente en pacientes trasplantados en tratamiento con inhibidores de la mTOR, que no poseen el mismo efecto en la reparación del ADN, podrían arrojar más luz en un futuro.

Como conclusión, en el presente estudio no se pudo demostrar que la nicotinamida tuviera un efecto quimiopreventivo y provocara una disminución del número de epiteliomas o queratosis actínicas en pacientes inmunosuprimidos por trasplante de órgano sólido.


Bibliografía y referencias:

  1. Green A, Williams G, Neale R, Hart V, Leslie D, Parsons P, et al. Daily sunscreen application and betacarotene supplementation in prevention of basal-cell and squamous-cell carcinomas of the skin: a randomised controlled trial. Lancet. 1999; 354:723-729
  2. Thompson SC, Jolley D, Marks R. Reduction of solar keratoses by regular sunscreen use. N Engl J Med.1993; 329:1147-1151
  3. Green AC, Williams GM, Logan V, Strutton GM. Reduced melanoma after regular sunscreen use: randomized trial follow-up. J Clin Oncol. 2011 Jan 20;29(3):257-63.
  4. Ismail F, Mitchell L, Casabonne D, et al. Specialist dermatology clinics for organ transplant recipients significantly improve compliance with photoprotection and levels of skin cancer awareness. Br J Dermatol. 2006; 155:916-925.
  5. Moloney FJ, Comber H, O’Lorcain P, O’Kelly P, Conlon PJ, Murphy GM. A population-based study of skin cancer incidence and prevalence in renal transplant recipients. Br J Dermatol. 2006; 154:498-504.
  6. Martinez JC, Otley CC, Stasko T, Euvrard S, Brown C, Schanbacher CF, et al. Transplant-Skin Cancer Collaborative. Defining the clinical course of metastatic skin cancer in organ transplant recipients: a multicenter collaborative study. Arch Dermatol. 2003 Mar;139(3):301-6.
  7. Chen AC, Martin AJ, Choy B, Fernández-Peñas P, Dalziell RA, McKenzie CA, et al. A phase 3 randomized trial of nicotinamide for skin cancer chemoprevention. N Engl J Med. 2015; 373:1618-1626.
  8. Allen NC, Martin AJ, Snaidr VA, Eggins R, Chong AH, Fernandéz-Peñas P, et al. Nicotinamide for Skin-Cancer Chemoprevention in Transplant Recipients. N Engl J Med. 2023;388(9):804-812.
  9. Damian DL. Nicotinamide for skin cancer chemoprevention. Australas J Dermatol . 2017; 58:174-180.