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Psoriasis en placas, gotas, pustulosa y etritrodérmica: las diferentes formas de presentación de la enfermedad



La psoriasis es una enfermedad inflamatoria sistémica de curso crónico-recurrente, que afecta al 1-3% de la población con una incidencia de 10 casos nuevos al año por cada 1.000 habitantes. Su prevalencia es mayor en climas fríos y nórdicos1. En uno de cada tres pacientes hay antecedentes familiares de psoriasis2.

Psoriasis en placas:

La manifestación principal de la psoriasis es en forma de placas eritematosas descamativas, bien delimitadas, localizadas en superficies extensoras de codos y rodillas, pero también es frecuente encontrar lesiones en cuero cabelludo y tronco.

Característicamente están cubiertas de una escama blanquecina que, al rascado, genera una hemorragia puntiforme subyacente (signo de Auspitz)3.

Esta es la forma más habitual de presentación de la psoriasis y los mayoría de tratamientos comercializados actualmente se han desarrollado inicialmente para esta indicación.

Existen otras formas de presentación de la psoriasis, que aunque menos frecuentes que la primera, también es importante reconocer: psoriasis invertida, en gotas, pustulosa (localizada y generalizada), psoriasis eritrodérmica3. Cada una de ellas se manifiesta con unas características peculiares:

Psoriasis en gotas:

La psoriasis en gotas en forma de pápulas pequeñas de alrededor 1 cm, en el tronco y proximal extremidades, normalmente en niños o adultos jóvenes tras un episodio infeccioso (faringoamigdalitis streptocócica). Su pronóstico es muy bueno, con altas tasas de resolución total de las lesiones con tratamiento tópico o fototerapia durante corto periodo de tiempo3.

Psoriasis pustulosa:

La psoriasis pustulosa generalizada es una forma poco frecuente de psoriasis, donde predominan las pústulas sobre base eritematosa, afectando cualquier parte de la superficie corporal. Sin embargo, la psoriasis pustulosa localizada es algo más prevalente y se manifiesta en forma de pústulas estériles sobre placas eritematosas en palmas y plantas, preferentemente en mujeres (9:1), fumadoras, alrededor de la cuarta o quinta década de la vida4.

Psoriasis eritrodérmica:

La psoriasis eritrodérmica es una forma generalizada de la enfermedad, afectando más del 80% de la superficie corporal, que se asocia a afectación sistémica (fiebre, escalofríos, malestar general) y que comparte un desequilibrio hidroelectrolítico en el paciente debido a la pérdida transepidérmica de agua, que requiere un abordaje rápido y adaptado a la situación5.

Hay que tener en cuenta que los pacientes con psoriasis, independientemente de su forma de presentación, pueden mostrar, de forma simultánea, afectación de las uñas (onicopatía psoriásica), que aparece en aproximadamente el 30% de los pacientes y es un factor predictor de artritis psoriásica6.

Se manifiesta en forma de depresiones puntiformes (pitting) en una o más uñas de las manos o pies, máculas amarillentas (mancha de aceite), hiperqueratosis subungueal y onicolisis. El diagnóstico diferencial con la onicomicosis puede ser un reto en esta situación6.

Finalmente, no debemos olvidar, que la psoriasis cutánea puede asociar comorbilidad sistémica, una de ellas es la artritis psoriásica. Aproximadamente el 30-40% de los pacientes con psoriasis moderada–grave presentan afectación articular7. Esta incluye 4 dominios principales: artritis periférica, axial (espondilitis, sacroileitis), dactilitis (“dedo en salchicha”), entesitis (tendones y/o ligamentos de inserción)7.

Por lo tanto, hay que hacer un cribaje adecuado para poder diagnosticar esta comorbilidad articular en los pacientes con psoriasis. Asimismo, es crucial establecer un diagnóstico correcto en todas las formas de presentación de la psoriasis para poder indicar un tratamiento adecuado.


Bibliografía y referencias:

  1. Ferrandiz C. Prevalence of psoriasis in Spain: Epiderma Project: Phase I). JEADV 2001; 15: 20-23.
  2. Puig L, Julià A, Marsal S. Psoriasis : bases genéticas y patogenéticas. 2017;105(6).
  3. Griffiths C, Barker J BT y cols. Rook's textbook of dermatology. 9th ed. Wiley Blackwell, editor. 2019.
  4. Alexander A. Navarini, A. David Burden, Francesca Capon, Ulrich Mrowietz, Luis Puig, Sulev Köks, Külli Kingo CS and JNB on behalf of the E network. Title European Consensus Statement on Phenotypes of Pustular Psoriasis Authors. J Eur Acad Dermatol Venereol. 2017;Nov;31(11):1792–9.
  5. Menter A, Gottlieb A, Feldman SR, Van Voorhees AS, Leonardi CL, Gordon KB, et al. Guidelines of care for the management of psoriasis and psoriatic arthritis. Section 1. Overview of psoriasis and guidelines of care for the treatment of psoriasis with biologics. J Am Acad Dermatol. 2008;58(5):826–50.
  6. Jiaravuthisan MM, Sasseville D, Vender RB, Murphy F, Muhn CY. Psoriasis of the nail: Anatomy, pathology, clinical presentation, and a review of the literature on therapy. J Am Acad Dermatol. 2007;57(1):1–27.
  7. Dauden E, Blasco AJ, Bonanad C, Botella R, Carrascosa JM, González-Parra E, et al. Position statement for the management of comorbidities in psoriasis. J Eur Acad Dermatology Venereol. 2018;32(12):2058–73.