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Rosácea. Cuando la piel está muy roja



La rosácea es un trastorno crónico muy frecuente, en especial en personas de piel clara, en las que la prevalencia se calcula entre el 1 y 10%. Se han descrito cuatro subtipos clínicos: eritemato-telangiectásica, pápulo-pustulosa, rinofimatosa y ocular. A excepción del rinofima, el resto de subtipos son más frecuentes en mujeres.

Patogenia

Los mecanismos patogénicos por los que se desarrolla la rosácea no son del todo conocidos, aunque se han propuesto varios mecanismos:

  • Disfunción inmune. La inmunidad innata juega un papel importante en la respuesta cutánea a microorganismos, así como a la radiación ultravioleta, hecho que podría contribuir al desarrollo de inflamación crónica y anomalías vasculares. Ello podría ser debido a la producción de péptidos vasoactivos (kalicreína 5...).
  • Microorganismos. Algunos microorganismos se han propuesto como factores desencadenantes de inflamación en la rosácea. De todos ellos, el Demodex folliculorum (un ácaro saprófito que reside en las glándulas sebáceas y folículos pilosos) es uno de los que se relacionan con mayor frecuencia.
  • La radiación ultravioleta es otro desencadenante de las lesiones de rosácea. Se calcula que un tercio de los pacientes refieren empeoramiento de sus síntomas cuando se exponen a la luz solar. La radiación infrarroja también es un desencadenante.
  • Una hiperreactividad vascular se observa en estos pacientes, que experimentan frecuentemente episodios de “flushing” en relación a comidas especiadas, alcohol y temperaturas extremas.
  • Por último, parece existir una predisposición genética para desarrollar lesiones de rosácea.
Clínica

Respecto a las manifestaciones clínicas en la rosácea eritemato-telangiectásica, estos pacientes suelen presentar un eritema centro-facial persistente, telangiectasias, descamación y sensación de “piel seca”, y frecuentemente refieren un exceso de sensibilidad cutánea, con problemas de intolerancia a cremas y otros cosméticos.

La rosácea pápulo-pustulosa se caracteriza por la presencia de pápulas eritematosas y pústulas en la región centrofacial, a menudo diagnosticadas erróneamente como acné vulgar, aunque en el caso de la rosácea los comedones están ausentes.

Otras formas, como la rosácea ocular (se calcula que en el 50% de los pacientes existe afectación ocular), rinofima, rosácea granulomatosa y rosácea fulminans (pioderma facial).

El diagnóstico es clínico casi siempre, aunque en formas atípicas puede estar indicada la realización de una biopsia.

El diagnóstico diferencial puede plantearse con dermatitis seborreica, acné vulgar, acné inducido por corticoides, dermatitis perioral, lupus eritematoso, dermatomiositis y otros trastornos que cursan con flushing.

Tratamiento

Como siempre, depende del grado de afectación. Hay unas recomendaciones generales para estos pacientes, que consisten en mantener la piel bien hidratada, utilizar limpiadores suaves (nada de exfoliar) y evitar productos potencialmente irritantes (astringentes, ácido glicólico...). Además se recomienda la utilización de fotoprotección (al menos SPF 50).

  • Respecto al tratamiento farmacológico, la primera línea de tratamiento tópico se basa en la utilización de metronidazol tópico 0,75% y el ácido azelaico al 15%, en el caso de rosáceas leves a moderadas, con resultados similares. En el caso de que se demuestre relación con Demodex, la permetrina tópica (en aplicación puntual) puede estar indicada.
  • Cuando el cuadro es más severo, o estamos ante una rosácea pápulo-pustulosa que no responde al tratamiento tópico, se recomienda la utilización de tetraciclinas, siendo lo más utilizado la doxiciclina 50-100 mg/d durante 4-12 semanas. En caso de alergia, otros antibióticos que pueden estar indicados son el metronidazol, claritromicina o azitromicina (aunque no se dan de rutina).
  • En rosáceas muy refractarias, el tratamiento con isotretinoína oral a dosis bajas (10-20 mg/d) es una última opción, valorando siempre el perfil riesgo-beneficio.
  • Finalmente, para tratar el componente de eritema y telangiectasias, determinados tipos de láser (colorante pulsado, KTP, luz pulsada) podrían estar indicados.



Bibliografía y referencias:

  1. Habif TP. Acne, rosacea, and related disorders. In: Habif TP, ed. Clinical Dermatology. 5th ed. Philadelphia, Pa: Mosby Elsevier; 2009:chap 7.