¿Cuál es el papel de la inmunoterapia en el tratamiento del asma?
La inmunoterapia alérgica específica consiste en la administración de un extracto alergénico a una persona con sensibilización al mismo, con la finalidad de reducir la respuesta y síntomas asociados a la exposición al alérgeno. Se puede utilizar por vía subcutánea o sublingual.
Desde su introducción, ha tenido un papel controvertido en la terapia del asma. Puede tener utilidad en el asma de alérgicos a uno o pocos alérgenos y ha demostrado ser eficaz en el tratamiento del asma en alérgicos a ácaros de polvo, gramíneas, epitelios de animales y hongos.
Podría estar indicada en personas con asma alérgica que no tienen un control óptimo de su enfermedad, asmáticos con rinitis alérgica o personas que presentan efectos secundarios con la medicación. Debe considerarse un complemento terapéutico añadido a la evitación del alérgeno, el tratamiento médico adecuado y la educación del paciente.
El uso de inmunoterapia específica está contraindicada en el asma grave, ya que existe riesgo de obstrucción bronquial aguda que puede resultar fatal. También está contraindicada en pacientes que presenten comorbilidad cardiovascular grave, neoplasia o enfermedad de origen inmunológico, así como en pacientes en tratamiento con betabloqueantes, pacientes que tengan contraindicado el uso de adrenalina o pacientes con trastornos psiquiátricos o problemática social.
El embarazo constituye una contraindicación relativa, no se debe iniciar tratamiento con inmunoterapia en mujeres embarazadas, pero se podría continuar un tratamiento iniciado previamente al embarazo.
Una vez iniciado el tratamiento, debe mantenerse entre 3 y 5 años y realizar un seguimiento periódico de la sintomatología y de la reducción de tratamiento médico. Si no existe mejoría clínica tras 2 años de inmunoterapia alérgica específica, esta debería interrumpirse.
Una revisión Cochrane del año 2020 evaluó la evidencia sobre la administración de inmunoterapia específica vía sublingual en pacientes con asma en comparación con placebo o con la atención habitual. Algunos estudios mostraron que los pacientes que recibieron inmunoterapia manifestaron menos síntomas de asma y menos necesidad de recibir medicación para el asma en relación al grupo control; pocos estudios registraron el número de pacientes con crisis que precisaron visita al hospital, probablemente porque la mayoría de personas incluidas presentaban asma leve. No hubo diferencias significativas en cuanto a la presentación de efectos secundarios graves, aunque los pacientes que recibieron inmunoterapia presentaron más efectos secundarios leves.
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