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El embarazo no se asocia a empeoramiento de la dermatitis atópica



La dermatitis atópica es considerada la dermatosis inflamatoria crónica más frecuente, afectando principalmente pacientes pediátricos y adultos jóvenes, y no es raro que nos encontremos ante mujeres con dermatitis atópica que, o bien están planeando un embarazo, o bien se encuentran ya embarazadas. Y estos casos, especialmente aquellos con enfermedad moderada o severa que, o bien están ya en tratamiento, o está indicado iniciar tratamiento sistémico, suponen un dilema terapéutico. Una pregunta que frecuentemente se plantea es si el embarazo es un factor de riesgo para padecer brotes o agravamiento de la dermatitis atópica. En este sentido, una publicación muy reciente concluye que el embarazo no se asocia en general a empeoramiento de la dermatitis atópica, a diferencia de estudios previos, aunque sí se observó en el 17% de las mujeres incluidas en el estudio1. Los tratamientos tópicos, incluyendo corticoides e inhibidores de la calcineurina (tacrolimus y pimecrolimus) se consideran en general seguros en el embarazo. No ocurre lo mismo para algunos tratamientos sistémicos. En este post vamos a revisar los datos publicados recientemente al respecto.

Hekuskov et al2 revisan la literatura sobre el tratamiento de la dermatitis atópica en el embarazo y también sobre el uso de fármacos inmunosupresores e inmunomoduladores sistémicos en el embarazo por otras indicaciones. En resumen, concluyen que hay suficiente evidencia para poder recomendar corticoides tópicos, inhibidores tópicos de la calcineurina y fototerapia ultravioleta (sin psoralenos). Los corticoides sistémicos, ciclosporina y azatioprina, son razonablemente seguros, mientras que metotrexato y micofenolato de mofetilo están absolutamente contraindicados en el embarazo. Respecto a los nuevos tratamientos, crisaborol (inhibidor tópico de fosfodiesterasa-4, no disponible de momento en España) y dupilumab (anticuerpo monoclonal que bloquea el receptor común para IL-4 e IL-13) no pueden recomendarse en la actualidad en mujeres embarazadas, dada la escasez de datos al respecto, lo cual no significa que no sean seguros.

En los próximos años irá aumentando la experiencia en el uso de los nuevos fármacos biológicos en mujeres embarazadas, lo que probablemente acabará demostrando que son seguros. Con respecto a dupilumab, se han publicado muy recientemente casos aislados y series cortas sobre su uso en mujeres embarazadas, y no se ha detectado ningún efecto adverso claramente atribuible al fármaco. Ya disponemos de una revisión amplia que concluye que dupilumab parece ser seguro en el embarazo3. Los autores llegan a esa conclusión mediante el análisis con metodología “big-data” de más de 37.000 informes extraídos de un registro internacional de reacciones adversas por fármacos.

Como resumen final, podemos quedarnos con varias ideas. Primero, la dermatitis atópica puede empeorar con el embarazo, pero no tiene porqué ocurrir esto en la mayoría de los casos. Segundo, es importante que las mujeres con dermatitis atópica sigan recibiendo un tratamiento eficaz durante la gestación, dado que un agravamiento severo de la dermatitis atópica podría por sí mismo tener efectos negativos sobre la madre y el feto. La aplicación de corticoides tópicos, tacrolimus o pimecrolimus es segura y se puede manejar sin problema desde atención primaria. El tratamiento sistémico debe iniciarse o continuarse bajo la supervisión de un especialista, y se consideran seguros los corticoides (siempre que se administren en ciclos cortos y de forma limitada), ciclosporina y azatioprina. Respecto a los nuevos tratamientos, aún no existe suficiente evidencia para poder recomendarlos, pero en el caso de dupilumab, los datos a favor de que es un fármaco seguro en el embarazo están aumentando rápidamente a la luz de publicaciones muy recientes.

Tabla con la recomendación del tratamiento de inmunomoduladores y inmunosupresivos para el tratamiento de la dermatitis atópica
Figura 1: Recomendación del tratamiento de inmunomoduladores y inmunosupresivos para el tratamiento de la dermatitis atópica2

Bibliografía y referencias: