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En el tratamiento mínimamente invasivo de la artrosis de rodilla, ¿el plasma rico en plaquetas ofrece más beneficios que el ácido hialurónico?



La artrosis es una enfermedad articular crónica y degenerativa caracterizada por áreas focales de pérdida de cartílago articular en las articulaciones sinoviales, asociada a la hipertrofia del hueso (osteofitos y esclerosis del hueso subcondral) y engrosamiento de la cápsula, acompañado de dolor, rigidez y pérdida de funcionalidad1. La localización más frecuente es la rodilla, estimándose que la osteoartritis (OA) sintomática de esta articulación afecta al 24% de la población general1.

Los principales objetivos en el tratamiento de la artrosis son la reducción del dolor, mejora de la función articular y limitación del deterioro funcional. Los objetivos secundarios se centran en la reducción de la progresión de la enfermedad y la mejoría de la fuerza muscular, con el fin de preservar la independencia y la calidad de vida de los pacientes2.

Como tratamiento mínimamente invasivo en el manejo de la artrosis de rodilla, la inyección intraarticular de ácido hialurónico (AH) puede regular la permeabilidad vascular, lubricar las articulaciones, reducir la carga articular y promover la regeneración cartilaginosa3. En los últimos años se ha estudiado la utilización del plasma rico en plaquetas (PRP) a nivel intraarticular en estos pacientes. El PRP es un concentrado plaquetario derivado de la sangre por centrifugado, que contiene gran cantidad de proteínas y factores de crecimiento. Se cree que favorece funciones fisiológicas como antiinflamatoria, analgesia, proproliferativa de condrocitos y reparadora de cartílago4.

En enero de 2020, se ha publicado un metanálisis a cargo de Zehan Chen y colaboradores5, en el cual comparan la eficacia y seguridad del plasma rico en plaquetas respecto al ácido hialurónico. En él se incluyeron 14 ensayos clínicos aleatorizados en los que se analizaron un total de 1.350 pacientes. Se han incluido en este estudio los que cumplieron con los siguientes criterios: pacientes con artrosis de rodilla, la utilización de plasma rico en plaquetas en los casos y ácido hialurónico en controles. En este ensayo clínico aleatorizado, los indicadores utilizados fueron: EVA-IKDC-WOMAC-KOOS-Efectos adversos y los criterios exclusión: estudios en animales y cadáveres, estudios retrospectivos o revisiones de literatura.

714 pacientes fueron tratados con plasma rico en plaquetas y 636 con ácido hialurónico. En relación con la EVA no hubo diferencias estadísticamente significativas en ambos grupos, pero sí las hubo a favor del plasma rico en plaquetas a medio y largo plazo. A corto y medio plazo, la puntuación IKDC no resultó estadísticamente significativa, sin embargo, a largo plazo se observaron puntuaciones más altas en el grupo con plasma rico en plaquetas estadísticamente significativas. En el cuestionario WOMAC total, los autores observaron diferencias estadísticamente significativas a favor de plasma rico en plaquetas respecto a ácido hialurónico, tanto a corto, medio como a largo plazo. Los autores no encontraron diferencias estadísticamente significativas a favor de plasma rico en plaquetas respecto a ácido hialurónico en el cuestionario KOOS a corto, medio y largo plazo es sus 5 subescalas: síntomas, dolor, actividades diarias, actividad física y calidad de vida; salvo en los síntomas a medio plazo, donde sí se observó mejoría significativa en el grupo con plasma rico en plaquetas. No se observaron diferencias en los efectos adversos entre ambos grupos.

La conclusión de los autores en este metanálisis es que el plasma rico en plaquetas ofrece ventajas en el tratamiento conservador de la artrosis de rodilla. Esto incluye el alivio del dolor a largo plazo y la mejora de la funcionalidad de estos pacientes. Concluyen también que el plasma rico en plaquetas no tiene riesgo añadido y puede ser utilizado como tratamiento conservador en la artrosis de rodilla.


Bibliografía y referencias: