Diabetes

¿Implementamos en Atención Primaria las recomendaciones de las guías en diabetes?

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Dr. Alberto Calderón Montero | Medicina Familiar y Comunitaria

Centro de Salud Doctor Pedro Laín Entralgo, Alcorcón

29/07/21

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Las guías de práctica clínica pretenden trasladar a la realidad clínica diaria los resultados de los principales estudios, con el fin de aportar una serie de recomendaciones con mayor o menor grado de evidencia para mejorar la asistencia del paciente diabético. Los resultados de los estudios en condiciones de vida real muestran que su implementación por parte de los profesionales sanitarios dista en muchas ocasiones de ser óptima, siendo varias las razones que pueden explicarlo.

En primer lugar, las guías, como es lógico, están dirigidas a una amplia población de profesionales sanitarios, sin que se puedan tener en consideración las diferentes particularidades de los sistemas de salud ni las condiciones socioeconómicas de cada región o país donde se deben implementar. Por poner un ejemplo, no es lo mismo prescribir un fármaco para una determinada indicación donde está financiado que donde no lo está, independientemente de la evidencia existente. En consecuencia, en ocasiones, y como no podía ser de otra manera, se deja a criterio del profesional la adaptación y aplicación de las recomendaciones.

Otro aspecto que suele desconcertar a los profesionales son las diferencias en algunas recomendaciones entre las guías, cuando en realidad se basan en la misma evidencia científica. Es cierto que no todos los estudios aportan el mismo grado de evidencia y que el peso que pueden tener a la hora de hacer una recomendación puede variar según quien lo interprete. Así, por ejemplo, existen diferencias entre el fármaco de primera elección para el paciente diabético entre las guías de la ADA 2021¹ (Figura 1) y la Guía de la Sociedad de Endocrinólogos Americana² (Figura 2).

Figura 1: Algoritmo terapéutico de la ADA 2021.

Figura 2: Algoritmo terapéutico de la Sociedad Americana de Endocrinólogos.

La complejidad de las guías es otro aspecto de suma importancia. Aunque en la mayoría de los casos el objetivo es sintetizar la evidencia disponible, esto no siempre se consigue. Cierto es que la diabetes es una enfermedad compleja con muchas aristas, por lo que las recomendaciones no son fácilmente sintetizables. También es cierto que el campo de la Atención Primaria es muy amplio y abarca muchas patologías, cada una con sus algoritmos y guías. Por esta razón, tal vez algoritmos más esquemáticos y sintéticos como el de la Sociedad Europea de Cardiología³, aun a riesgo de simplificar, sean más sencillos de implementar (Figura 3).

Figura 3: Algoritmo terapéutico de la Sociedad Europea de Cardiología en colaboración con la EASD (Sociedad Europea de Diabetes).

Finalmente, la inercia terapéutica es probablemente la principal dificultad para la adecuada aplicación de las recomendaciones de las guías de práctica clínica en diabetes. Los grandes avances en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 (DM2) en el último lustro han supuesto una revolución que exige su difusión por parte de todos los sectores implicados. La modificación radical en las recomendaciones de prescripción farmacológica por sus beneficios cardiovasculares y renales exige una estrategia dirigida no solo a la formación, sino también al cambio en los hábitos de prescripción, debiendo primar, en el caso de España, el beneficio en términos de morbilidad y mortalidad y no tanto el componente económico.

En resumen, la aplicación en la práctica clínica de las nuevas recomendaciones en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 debe ser una necesidad desde Atención Primaria, que es el ámbito natural del tratamiento de la mayoría de los pacientes. El seguimiento de las guías más sencillas y sintéticas puede facilitar esta implementación, apoyándose para aspectos más concretos en recomendaciones locales, como puede ser, en el caso de España, en los algoritmos de la red GEDAPS.

Bibliografía y referencias: