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¿Miedo a conducir?...Usted padece amaxofobia


Dr. Sergio Arques Egea | Psiquiatría

Hospital Universitario Arnau de Vilanova, Lérida


Cada vez es más frecuente encontrar en la consulta de atención primaria personas que presentan miedo ante una situación muy cotidiana en nuestras vidas y que no es otra que conducir.

Este es un problema que ha existido siempre, de hecho existen muchas personas que tras obtener el carnet de conducir o que tras algún accidente (de ellos mismos, de algún familiar o conocido, solo por presenciarlo, etc.) dejan de emplear el vehículo o restringen su uso a contadas ocasiones (desplazamientos breves, siempre acompañados, etc.). De hecho, lo más habitual es que desconozcan que tienen un problema y optan por la solución más sencilla, que no es otra que la evitación del factor de estrés. Lo que constituye un alivio rápido del problema acaba indefectiblemente alterando su rutina y su normalidad. Únicamente un pequeño porcentaje de las personas que padecen este problema buscarán ayuda especializada, en gran parte animados por la cada vez mayor información del trastorno que existe en internet.

¿Hay algún perfil concreto de persona que pueda ser más vulnerable a este tipo de problema?

En principio no, ya que pueden verse afectados tanto conductores experimentados como noveles, tanto hombres como mujeres, suceder en medios urbanos o rurales, es decir, cualquier persona que conduzca podría verse afectada. Además, es difícil conocer la prevalencia real del problema ya que muchas personas no lo van a reconocer por vergüenza.

¿Qué podemos hacer en atención primaria para ayudar a estos pacientes?

Lo primero es explicar en qué consiste el problema: es una fobia (es decir un miedo a una situación o estímulo concreto) que va a tener lugar con la conducción, pudiendo aparecer ese malestar tanto antes como durante el manejo de los vehículos. Hay que tranquilizar a la persona y explicarle que no se trata de una patología grave, pero que si no se maneja del modo adecuado, puede ser muy invalidante. Pensemos que ese miedo va a estar ligado a situaciones habituales en nuestro día a día como ir al trabajo o llevar a los niños al colegio, por ejemplo, generándose una importante ansiedad por el mero hecho de que suceda algo malo durante el trayecto (un accidente, un infarto, etc.). Todo ello puede acabar generando un importante cuadro de ansiedad generalizada y un mentismo obsesivo que desembocará en un bloqueo emocional.

Lo siguiente sería plantear un abordaje desde un punto de vista psicológico, explicando las diferentes vías posibles para el manejo del problema:

  • Neutralización de los pensamientos que bloquean antes de conducir
  • Exposición gradual a la conducción
  • Técnicas de relajación que permiten controlar la ansiedad (así como el estrés y la tensión que le produce al paciente verse dentro del vehículo)

¿Es posible recurrir a los psicofármacos para el manejo del trastorno?

Evidentemente, los psicofármacos no son los fármacos más recomendables para ponerse a los mandos de un vehículo por el riesgo de somnolencia y disminución de los reflejos. Sin embargo, cuando la psicoterapia no es suficiente habrá que recurrir inevitablemente a fármacos para el manejo de la ansiedad secundaria (tanto física como psíquica). Por ello habría que extremar las precauciones con las benzodiacepinas y optar preferiblemente por antidepresivos, los cuales también deben emplearse con cautela (evitar los de perfil sedativo), salvo en el caso de la vortioxetina que muestra un perfil de seguridad adecuado al respecto.

Si con las benzodiacepinas no es suficiente para doblegar la ansiedad o existe un elevado componente de angustia psíquica (miedos, agobios, preocupaciones, etc.), tal vez sea recomendable iniciar tratamiento con un antidepresivo de perfil serotoninérgico, manteniendo el tratamiento ansiolítico e hipnótico el tiempo necesario hasta alcanzar el control de los síntomas.


Bibliografía y referencias: