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Principales comorbilidades asociadas a la psoriasis: más allá de la piel



La psoriasis es una enfermedad crónica inmunomediada de carácter inflamatorio. Estas tres características principales (crónica, inmunomediada, inflamatoria) definen que a día de hoy tenga consideración de enfermedad sistémica. De hecho existen evidencias más que suficiente de que esta enfermedad no se limita a la piel. Estudios recientes han concluido que hasta el 73% de los pacientes con psoriasis presentan, al menos, una comorbilidad.

La detección temprana permitirá un tratamiento adecuado y precoz de estas enfermedades, lo que podría permitir prevenir su evolución a formas más graves. Y en este sentido, el médico de atención primaria juega un papel primordial desde una posición privilegiada en la detección de estas comorbilidades.

Las principales comorbilidades asociadas a la psoriasis son el síndrome metabólico, artritis psoriásica, enfermedades cardiovasculares, inflamación intestinal, enfermedad de Crohn, cáncer y trastornos psiquiátricos, si bien se van descubriendo algunas otras como la enfermedad por hígado graso no alcohólico.

Artritis psoriásica

La artritis psoriásica consiste en la inflamación del tejido sinovial, las entesis y la piel. En diferentes estudios se ha demostrado que hasta un 30% de los pacientes con psoriasis podrían presentar artritis psoriásica. Lo más habitual es que la afectación cutánea anteceda a la articular, aunque puede ser al contrario o aparecer de forma simultánea. Afecta a hombres y mujeres por igual, y suele aparecer entre los 30 y los 50 años de edad.

Las manifestaciones clínicas son variables, desde formas oligoarticulares, a artritis simétricas, pasando por formas axiales. En cualquier caso, el patrón de presentación suele ser de artropatía inflamatoria por lo que se debería interrogar a todos los pacientes con psoriasis por la presencia de estas características del dolor (empeora con el reposo, despierta por las mañanas, rigidez matutina, etc). Se ha demostrado que tres localizaciones cutáneas se asocian con un mayor riesgo de padecer artritis: cuero cabelludo, pliegue interglúteo y uñas. Por último es importante destacar que la gravedad cutánea no se relaciona con la articular, de manera que formas leves cutáneas pueden presentar formas graves articulares.

Enfermedad cardiovascular

Es la principal causa de muerte de los pacientes con psoriasis. Algunas cifras son especialmente llamativas y alarmantes: en pacientes con psoriasis grave el riesgo de sufrir un infarto de miocardio se multiplica por 7 y el riesgo de mortalidad aumenta hasta en un 57%.

Los pacientes con psoriasis van a tener incrementada la incidencia de los factores de riesgo de la enfermedad cardiovascular, justificando los datos anteriores. Estos son la obesidad, la diabetes mellitus (42% en formas graves), la hipertensión arterial (40% en general y hasta 60% en ancianos en formas graves), la dislipemia y el síndrome metabólico (26% con relación directa con la severidad), así como los hábitos de vida (sedentarismo) y el consumo de tabaco y alcohol.

Hay que tener en cuenta que muchos de los tratamientos empleados para su tratamiento conllevan al desarrollo o agravamiento de estas comorbilidades: acitretino (puede producir dislipemia), la ciclosporina dislipemia e hipertensión arterial.

Enfermedades inflamatorias organoespecíficas

Destaca la enfermedad inflamatoria intestinal (fundamentalmente colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn) producen inflamación crónica del tubo digestivo. Se han descubierto ciertas anomalías genéticas compartidas entre estas enfermedad, como los polimorfismos en genes que codifican para el receptor de IL-23 y que justifican la relación. La prevalencia de la psoriasis en la población general oscila entre un 2 y un 3%, mientras que entre los pacientes con enfermedad de Crohn asciende a un 8,9%.

Se ha demostrado también el riesgo de desarrollar uveítis, epiescleritis, colelitiasis, colangitis esclerosante primaria, nefrolitiasis o amiloidosis. Además, no es infrecuente que muchos pacientes presentes dos o más de estas comorbilidades.

Ansiedad y depresión

Las personas con psoriasis tienen una mayor prevalencia de alteración psicológica, ansiedad y depresión. Muchos pacientes viven su enfermedad con estigmatización y en muchos casos la afectación no es proporcional a su gravedad. La prevalencia de depresión llega hasta el 62% en algunos estudios (con ideación suicida en un 10%) y hasta un 43% de ansiedad.

Enfermedad por hígado graso no alcohólico (EHGNA)

Una de las últimas asociaciones bien establecidas en la psoriasis. Se define como la presencia de más del 5% de triglicéridos en ausencia de consumo abusivo de alcohol. Es la alteración hepática más frecuente en los países occidentales. La prevalencia en pacientes con psoriasis podría ser de 59%.


Bibliografía y referencias: