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Se ha demostrado que los pacientes con psoriasis desarrollan con más frecuencia enfermedades como diabetes o arteriosclerosis que hacen que su tasa de mortalidad se vea aumentada. La hiperuricemia es también más frecuente en la psoriasis.

En el momento del diagnóstico de la psoriasis hay que hacer un abordaje integral de las enfermedades concomitantes y los tratamientos utilizados para estas enfermedades que interfieren en el seguimiento de estos pacientes y en la evolución de su enfermedad.

Un paciente diagnosticado de psoriasis, por un lado tiene un aumento del riesgo cardiovascular y por otro las formas severas de psoriasis comorbilidades como obesidad, dislipemia, hipertensión arterial, diabetes mellitus, enolismo, tabaquismo, enfermedad pulmonar crónica, arteriopatía periférica, síndrome metabólico, esteatosis hepática, ansiedad y depresión.

Es preciso ser más rigurosos en el control de los riesgos cardiovasculares en los enfermos con psoriasis.

La importancia de abordar integralmente la psoriasis en Atención Primaria se debe al aumento de la morbimortalidad global por enfermedad cardiovascular y porque si optimizamos el tratamiento y control de la psoriasis podríamos disminuir el riesgo cardiovascular del paciente.