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¿Qué puede ocasionar la coexistencia de dermatitis atópica y dermatitis de contacto alérgica?



La dermatitis de contacto alérgica (DCA) entra en el diagnóstico diferencial de la dermatitis atópica (DA), pero hemos de ser conscientes de que los pacientes con dermatitis atópica pueden llegar a desarrollar concomitantemente una sensibilización alérgica de contacto1 y que con frecuencia los alérgenos responsables van a estar contenidos en productos para higiene personal, emolientes o medicamentos tópicos que el paciente utiliza para el tratamiento y cuidado de su piel2.

En pacientes con dermatitis atópica que no se controlan adecuadamente con un tratamiento que, en principio, es correcto y especialmente si el paciente relaciona el empeoramiento de su eccema con el uso de algún producto tópico o la exposición a cualquier otro producto o material (por ejemplo, en actividades de ocio o en el ambiente laboral), debe sospecharse una dermatitis de contacto alérgica y el paciente debe ser remitido a una unidad especializada para la realización de pruebas epicutáneas. La detección de sensibilización a uno o varios alérgenos con relevancia clínica y su evitación puede mejorar espectacularmente el control de la dermatitis a medio-largo plazo.

Recientemente, Schwartz et al2 han publicado un trabajo en el que llaman la atención sobre la presencia frecuente de sustancias potencialmente alergénicas (incluidas en la serie estándar americana para pruebas epicutáneas) en productos para el cuidado de la “piel atópica”, como cremas emolientes, geles y jabones para ducha y baño, etc., que en su etiquetado afirman ser “hipoalergénicos”.

Tras revisar varios listados de productos considerados “best-sellers” en el mercado estadounidense, seleccionaron 74 productos y encontraron que solamente 12 (16,2%) de ellos no contenían alérgenos, 62 (83,3%) contenían al menos un alérgeno, 49 (66,2%) contenían al menos dos, y 12 (16,2%) contenían cinco o más. Los alérgenos más frecuentes fueron fragancias y extractos de plantas (Compositae). Además, un tercio de los productos analizados tenían el aval de la National Eczema Association, en los cuales, la media por producto fue de 2,3 alérgenos. Estos datos nos tienen que hacer reflexionar a la hora de recomendar a nuestros pacientes qué productos deben utilizar para hidratación cutánea e higiene personal. El hecho de que sean productos de prescripción, específicos para “piel atópica”, “restauradores de la barrera cutánea”, “hipoalergénicos”, “fragrance free”, “sin parabenos”, entre otras afirmaciones que aparecen en los etiquetados, no garantizan que no puedan producir una sensibilización alérgica de contacto.

Sin embargo, esto es un hecho infrecuente y la gran mayoría de personas van a tolerar bien los emolientes y productos para higiene personal, sean o no “diseñados” para eccema o “piel atópica” y el mejor emoliente va a ser el que el paciente pueda comprar y se aplique regularmente, no necesariamente el más caro o el más específico.


Bibliografía y referencias: