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Las vacunas suponen una herramienta preventiva con un enorme potencial sanitario que les confiere su gran valor científico, social, económico y clínico. Cuando hacemos referencia a este último, su valor clínico, lo primero que nos viene a la mente es su potencial para hacer aquello para lo que fueron diseñadas: evitar la enfermedad infecciosa de que se trate y lograr disminuir la prevalencia y la incidencia de dichas infecciones en la población.

Comirnaty es una vacuna que previene la enfermedad provocada por el COVID-19 en personas a partir de los 6 meses de edad. Prepara al cuerpo para defenderse frente a la COVID-19. Contiene una molécula de ARNm que tiene las instrucciones para producir la proteína espícula (spike protein) que se encuentra en la superficie del virus SARS-CoV-2 y es necesaria para que este pueda entrar en las células del cuerpo.

A pesar de la vacunación, la progresión a COVID grave es una causa preocupante de morbilidad en pacientes inmunocomprometidos. Se ha observado una disminución de la eficacia de la vacunación contra el SARS-CoV-2 en pacientes inmunodeprimidos, por lo que es prioritario en estos pacientes el desarrollo de opciones terapéuticas eficaces.

La pandemia de COVID-19 ha confirmado, a todos los niveles, que los programas de vacunación son altamente efectivos y que la implementación correcta de estos programas es crucial para mantener la salud y la independencia de la población adulta. En la actualidad, varias vacunas están disponibles y recomendadas para adultos europeos en distintos grupos de edad y de riesgo. Sin embargo, las coberturas de vacunación en adultos son extremadamente bajas, hecho probablemente asociado con oportunidades perdidas de vacunación.

Este estudio epidemiológico retrospectivo 'Burden of Hospitalizations Related to Pneumococcal Infection in Spain (2016–2020)' analizó la carga hospitalaria de la enfermedad neumocócica en niños en España durante un período de cuatro años. Se revisaron los datos del Sistema Nacional de Vigilancia de Datos Hospitalarios, que incluye más del 98 % de los hospitales españoles.