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Vacunación en pacientes con infección por VIH (Parte 1)



El 5 de junio de 1981, se notificaron por el CDC (Disease Control and Prevention) de Estados Unidos los primeros casos de una forma rara de neumonía que afectaba a jóvenes homosexuales de Nueva York y San Francisco. En 1983 se identifica el virus vinculado a los casos de inmunodeficiencia (VIH) y el primer tratamiento aparece en 1987. En España, en 2019 se notificaron 2.698 nuevos diagnósticos de VIH. Se estima que la tasa para 2019 era de 7,46 por 100.000 habitantes1; el 45,9% de los nuevos diagnósticos fueron tardíos.

España habría superado a finales de 2021 el objetivo 90-90-90 (que el 90% de los infectados conozcan su estado serológico, que el 90% de los diagnosticados reciban tratamiento antirretroviral continuado y que 90% de los que reciben tratamiento tengan supresión viral) planteado por ONUSIDA para el año 2020, alcanzando el 73% de personas con carga viral suprimida con respecto al total de personas que viven con el VIH2.

El grado de inmunosupresión en las personas con VIH es muy variable, debido fundamentalmente a la respuesta a los tratamientos retrovirales de alta eficacia (TAR). Se utiliza como indicador de la inmunosupresión el recuento de linfocitos CD4 y según los criterios de la Sociedad Americana de Enfermedades Infecciosas se clasifican en dos grupos de utilidad para sanitarios3:

  • Inmunosupresión de alto nivel: infección por VIH y recuento de linfocitos T-CD4 inferior a 200 células/mm3 en personas mayores de 14 años, o un porcentaje de linfocitos T-CD4 inferior al 15% en personas de 1 a 13 años de edad
  • Inmunosupresión de bajo nivel: infección con VIH sin síntomas y un recuento de linfocitos T-CD4 superior a 200 células/mm3 en personas mayores de14 años, o un porcentaje de linfocitos T-CD4 superior a 15% en personas de 1 a 13 años de edad

Desgraciadamente no tenemos vacuna para prevenir ni para tratar la infección por VIH, los TAR han mejorado el pronóstico y la calidad de vida pero la evolución de las infecciones comunes suele ser más grave, por ello las personas afectadas pueden beneficiarse de la vacunación frente a otras enfermedades como hepatitis, gripe, varicela, herpes zóster, infección por neumococo, meningococo, por virus del papiloma humano y por COVID-19.

El calendario de vacunación está determinado por la edad y el grado de inmunocompromiso. Además, la vacunación debe complementarse con otras estrategias, como es la vacunación de los convivientes y del personal sanitario que les atiende.

En líneas generales, según el tipo de vacuna tendremos en cuenta:

  • Vacunas inactivadas:
    • Ningún problema
    • Buscar el momento idóneo para la mejor respuesta, estabilidad TAR
  • Vacunas atenuadas:
    • Contraindicadas en inmunosupresión grave
    • Indicadas en momento de estabilidad, tras TAR


Bibliografía y referencias: