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La vacunación se considera una de las medidas preventivas más eficaces de la medicina moderna. En patologías crónicas como la EPOC, la vacunación constituye un pilar fundamental. Sin embargo, las tasas de vacunación en pacientes con EPOC distan mucho de ser las adecuadas y se sitúan aún lejos de las estrategias recomendadas actualmente, cifras que esperemos que se reviertan en los años venideros con el desarrollo de las nuevas tecnologías.

Las recomendaciones vigentes de vacunación frente a la gripe en España1, incluyen como grupo diana de vacunación a toda la población de 60 o más años, a todos los niños de 6 a 59 meses, así como a toda la población comprendida entre estas edades con algún factor de riesgo añadido para padecer alguna forma grave de la infección vírica.

La enfermedad renal crónica (ERC) es un problema de salud pública, que en España afecta al 15% de la edad adulta y a mas del 37% de los mayores de 65 años (Gorostidi M, 2018). Es una entidad clínica que supone un gran impacto a nivel socio económico; su detección temprana, estratificación del riesgo y el tratamiento adecuado puede retrasar su progresión.

La pandemia de COVID-19 ha confirmado, a todos los niveles, que los programas de vacunación son altamente efectivos y que la implementación correcta de estos programas es crucial para mantener la salud y la independencia de la población adulta. En la actualidad, varias vacunas están disponibles y recomendadas para adultos europeos en distintos grupos de edad y de riesgo. Sin embargo, las coberturas de vacunación en adultos son extremadamente bajas, hecho probablemente asociado con oportunidades perdidas de vacunación.

Comparto las vacunas recomendadas en pacientes con virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), de acuerdo a su edad, así como para sus convivientes.