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¿Se debe utilizar una estrategia de vacunación antineumocócica en los pacientes asmáticos?



El asma se encuentra entre las patologías respiratorias crónicas que parecen actuar como factor de riesgo para padecer la enfermedad neumocócica invasora (ENI), aunque es cierto que la EPOC constituye la principal comorbilidad respiratoria asociada a la ENI, especialmente a la neumonía neumocócica bacteriémica.

Pese a esto en la última actualización de la GINA (Global Initiative for Asthma) dicen textualmente: "Las personas con asma, en particular los niños y los ancianos, están en mayor riesgo de enfermedad neumocócica, pero no existen pruebas suficientes para recomendar la vacunación neumocócica de rutina en las personas con asma (Evidencia D)." Esto es debido a que sus afirmaciones se hacen con referencias bibliográficas antiguas1,2.

La Guía GEMA en su versión 4.1 redacta lo siguiente "Dado que la población asmática tiene un mayor riesgo de padecer enfermedad neumocócica invasiva, diversos documentos de consenso de expertos internacionales, nacionales y el mismo Sistema Nacional de Salud, recomiendan la administración de la vacuna antineumocócica en pacientes con asma grave. Sin embargo, se precisan nuevos estudios para establecer de forma definitiva su indicación."

Realmente si hay evidencia como el estudio de Talbot de 2005 y otros estudios más recientes donde realmente se aporta la evidencia actualizada de la relación entre asma y ENI.

En 2005 se publicó es estudio de Talbot et al 2 donde se estimó el riesgo de ENI a partir de un estudio caso-control en el que se incluyeron 6.985 sujetos (635 ca­sos y 6.350 controles) con asma de cualquier gravedad, la OR asociada a la ENI varió entre 2,3 (IC 95% 1,4-4) para los sujetos entre 2-4 años y 18-49 años hasta 4 (IC 95% 1,5-10,7) para los de edad comprendida entre 5-17 años. No obstante, el grupo de alto riesgo (una o más hospitalizaciones o visitas a urgencias; uso de tratamiento de rescate o corticoides orales por periodos largos de tiempo o prescripción de 3 o más beta-agonistas el año anterior) es el más expuesto a sufrir ENI, cuya incidencia anual de ENI en pacientes sin otro factor de riesgo fue de 4,2/10.000. La inciden­cia para el asma moderado fue 2,3/10.000 (incidencia de 1,2/10.000 en pacientes sin asma).

Un estudio más reciente realizado en Suecia de caso-control, con 4.058 casos de ENI y 40.353 controles, se estimó la OR de ENI para sujetos con diferentes enfermedades respiratorias. En sujetos entre 18-59 años, el asma se asoció a ENI con una OR de 4,9 (IC 95% 3,0-7,8). No obstante, la problemática que presenta el asma son sus muy va­riables grados de afectación. En un estudio finlandés con casi 1300 pacientes y 13.000 controles de 18 y 49 años de edad entre 1995-2002, encontraron un riesgo muy elevado de ENI en pacientes asmáticos tanto de alto ries­go (OR 12,3; IC95% 5,4-28,0) como de bajo riesgo que definieron como aquellos que recibían fármacos, pero sin requerir hospitalización en los 12 meses previos (OR 2,8; IC95% 2,1-3,6)4. Un metaanálisis confirmaba esta asociación aunque si bien el riesgo ajustado estimado (OR) de sufrir un episodio en pacientes asmáticos mayores de 18 años era de 6,7 (IC95% 1,6-27,3), en pacientes entre 2-49 años con asma de bajo riesgo era de 1,7 (IC95% 0,99-3,0).

Por todo ello el consenso sobre la vacunación antineumocócica en el adulto por riesgo de edad y patología de base considera susceptible de vacunación los sujetos inmunocompetentes tanto sanos ≥65 años, como aquellos con otras pa­tologías de base, o factores de riesgo, como: Enfermedad respiratoria crónica (incluye EPOC, asma grave y patología intersticial difusa pul­monar). Considerando asmáticos de alto riesgo aquellos que han precisado una o más hospitalizaciones o visitas a urgencias o uso de corticoides orales.


Bibliografía y referencias: