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¿Qué podemos hacer desde la medicina de familia para mejorar el tratamiento y el infradiagnóstico de la EPOC?



La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una patología cada vez más prevalente, sobre todo a expensas del género femenino y cada vez más joven, según los datos de EPISCAN 2; además, hay un gran infradiagnóstico de la misma, en torno al 75%, y con una gran morbimortalidad1.

¿Qué podemos hacer para mejorar este infradiagnóstico desde Atención Primaria (AP)?

Podemos utilizar herramientas de cribado para EPOC como son:

  1. Utilización de cuestionarios, como el COPD-PS, que diagnostica correctamente la EPOC en más del 78% de los casos, si tenemos en cuenta el punto de corte de cuatro puntos.
  2. El peak flow o pico flujo, cuyo valor se obtiene de dividir el mejor flujo espiratorio máximo (FEM) expresado en l/s por la altura del individuo en metros cuadrados, con un valor igual o inferior a 2,2 l/m2/s, establece un buen punto de corte para valorar una indicación de espirometría, según el subestudio del BOLD (Burden of Obstructive Lung Disease study)2.

Podemos comenzar a realizar espirometrías en los centros de salud a pacientes que han sido cribados previamente y con alta posibilidad de un diagnóstico positivo para EPOC. Para ello, en el contexto de la pandemia COVID-19, una buena medida podría ser reservar una consulta en cada centro de salud para realizar una espirometría al día a última hora de la mañana (14 h a 15 h) y después quedará limpia y desinfectada para su uso al día siguiente.

Hay otras formas de disminuir este infradiagnóstico y, además, hacerlo de una forma precoz. Para ello, se podrían realizar espirometrías a aquellos adolescentes de 14-16 años que pasan de la consulta del pediatra a la de adultos. Otra posibilidad podría ser realizar una espirometría cuando los jóvenes acceden a los centros de reconocimiento para sacarse el carnet de conducir.

En cuanto a las espirometrías de seguimiento a pacientes ya diagnosticados de EPOC, lo recomendable es realizar una al año y, en pacientes graves (FEV1 < 50%), cada seis meses3.

¿Qué podemos hacer para realizar un tratamiento más óptimo de la EPOC desde Atención Primaria?

En la situación actual, donde no se están realizando espirometrías para el diagnóstico, una opción sería comenzar con un tratamiento broncodilatador y observar la respuesta al mismo por parte del paciente y, en función de esta respuesta, ir ajustando dicho tratamiento broncodilatador.

En cuanto al uso de corticoides inhalados (CI), deben utilizarse en aquellos pacientes agudizadores y con niveles de eosinófilos por encima de 300 cel/µl. Los pacientes no agudizadores y con niveles de eosinófilos por debajo de 100 cel/µl no deberían tener CI en su tratamiento. En aquellos pacientes con niveles de eosinófilos entre 100-300 cel/µl, se deben tener en cuenta otros factores (exacerbaciones, fumador, infecciones, etc.) para decidir si añadir el corticoide inhalado a su tratamiento habitual4.

Dentro del tratamiento no farmacológico de la EPOC, existen una serie de medidas generales, como son: abandono del tabaco, actividad física regular, vacunación antigripal y antineumocócica, nutrición adecuada, educación sanitaria y autocuidado.

Las características de la actividad física recomendada en pacientes con EPOC se basa en ejercicio aeróbico de grandes grupos musculares (caminar, bicicleta, etc), 30 minutos al día (3 periodos de 10 minutos en pacientes más graves), de 3 a 5 veces por semana (1.000 kcal/semana), hasta el 60% del consumo máximo de oxígeno (intensidad) y, adicionalmente, ejercicios de potenciación del tren superior.

En cuanto a una nutrición adecuada en pacientes con EPOC, se recomienda un aumento de la frecuencia de las comidas, aunque de menor cantidad, a una temperatura moderada, variada, con abundante fruta y pescado (azul), elaborado con aceite de oliva y restringiendo la grasa animal. Se recomienda también la ingesta de líquido (hasta 2 litros al día) si no hay comorbilidad que lo contraindique5.


Bibliografía y referencias: