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Asma y riesgo cardiovascular: una relación poco conocida


Dr. José David Maya Viejo | Medicina Familiar y Comunitaria

Centro de Salud de Villanueva del Río y Minas, Sevilla


Aunque el asma bronquial ha sido propuesta en muchas ocasiones como un factor de riesgo cardiovascular, hasta hace poco no contábamos con pruebas contundentes para afirmarlo.

Una de las publicaciones que apoyan este hecho1 basa sus resultados en el estudio de la cohorte de descendientes de Framingham, seleccionando a 3612 pacientes (72,1 % procedentes del estudio original de descendientes de Framingham), de edades comprendidas entre 17 y 77 años, y en el análisis durante 35 años (entre 1979 y 2014) de estos.

De todos ellos, 533 individuos (14,8 %) tenían un diagnóstico médico de asma antes de la enfermedad cardiovascular, 384 individuos (10,6 %) desarrollaron asma durante el seguimiento y 149 individuos (4,1 %) presentaron asma antes del desarrollo de la enfermedad cardiovascular.

Se calculó el riesgo cardiovascular para cada uno de los pacientes seleccionados según la escala de riesgo de Framingham validada por D’Agostino2, que contemplaba la edad, el sexo, el nivel educativo, la presión arterial sistólica y el tratamiento para la hipertensión, el hábito tabáquico, el nivel de lipoproteínas de alta densidad (colesterol HDL), el nivel de colesterol total y la presencia de diabetes mellitus. Posteriormente, se estratificaron en riesgo bajo (< 10 %), medio (10-20 %) o alto (≥ 20 %) para el desarrollo de enfermedad cardiovascular a 10 años.

Tabla 1. Estratificación de acuerdo al riesgo.
Subpoblación Riesgo bajo (%) Riesgo medio (%) Riesgo alto (%)
Asma al inicio 20,6 66,4 13,0
Asma en el seguimiento 10,1 86,6 3,4
Sin asma 18,4 74,2 7,4

Las características de los pacientes seleccionados se recogen en la Figura 1.

Características de pacientes seleccionados en el estudio de incidencia de enfermedad cardiovascular entre pacientes con asma
Figura 1: Características de los pacientes seleccionados.

Durante el tiempo de estudio, 897 participantes (25 %) desarrollaron enfermedad cardiovascular. La incidencia acumulada de enfermedad cardiovascular entre pacientes con asma fue entonces del 36,9 % (IC 95 %: 31,4 – 42,4) comparado con el 29,1 % (IC 95 %: 26,9 – 31,2) de los pacientes sin asma. También, se analizó mediante un modelo de Cox tiempo dependiente no ajustado encontrando un aumento del riesgo de incidencia de enfermedad cardiovascular en los asmáticos frente a los no asmáticos: HR 1,40 (IC 95 %: 1,17 – 1,68).

Incidencia de enfermedades cardiovasculares en función del estado asmático
Figura 2: Incidencia de enfermedades cardiovasculares en función del estado asmático. El gráfico muestra la incidencia acumulada de eventos cardiovasculares comparando los participantes con asma frente a aquellos sin asma durante un periodo de unos 32 años.

El análisis ajustado confirma que el asma se asocia a un incremento del riesgo de enfermedad cardiovascular cuando se ajusta por la escala de riesgo Framingham a 10 años, la obesidad y el nivel educativo: HR 1,31 (IC 95 %: 1,10 – 1,57).

En la Figura 3 podéis ver los 3 modelos de análisis realizados: el primero corresponde al análisis no ajustado y los dos siguientes a los ajustados según las variables recogidas en las notas al pie.

Los datos se presentan como cocientes de riesgos (IC del 95 %).

aSin ajustar

bAjustados por puntuación de riesgo de Framingham, obesidad y educación.

cAjustado por edad, sexo, colesterol de lipoproteínas de alta densidad, colesterol total, toma actual de medicación antihipertensiva, presión arterial sistólica, diabetes, tabaquismo actual, obesidad y educación.

Figura 3: Modelos de análisis realizados.

En un análisis estratificado posterior por sexos, la relación entre asma y aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular se mostró significativa entre las mujeres, con un HR 1,37 (IC 95 %: 1,04 – 1,80), pero no en hombres, con un HR 1,22 (IC 95 %: 0,97 – 1,55). Este hecho distintivo ya ha sido referido por otras publicaciones3.

Y en cuanto al análisis estratificado por hábito tabáquico, aunque el asma se asoció con un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular entre fumadores, con un HR 1,53 (IC 95 %: 1,20 – 1,94), no se encontró una relación significativa entre los no fumadores, con un HR 0,96 (IC 95 %: 0,71 – 1,31).

No debemos de olvidar que, además, el uso de corticoides sistémicos a dosis ≥ 7,5 mg de prednisona o equivalentes se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedad cardiaca comparado con los que no lo toman: HR 2,56 (95 % IC, 2,18 – 2.99)4.

Como podéis observar, no todo lo que nos gustaría demostrar es posible hacerlo, pero lo que sí queda patente es una clara relación entre el asma bronquial y la enfermedad cardiovascular, sobre todo en determinados subgrupos de asmáticos: mujeres y fumadores.

Varios hechos pueden dar sustento a estos resultados:

  • Los marcadores inflamatorios sistémicos comunes (IL-6, PCR, fibrinógeno, dímeros D) pueden ser responsables de la asociación entre asma y enfermedad cardiovascular. De este modo, la inflamación bronquial inherente al asma no estaría aislada del resto del cuerpo y participaría en lesiones vasculares de tipo arteriosclerótico
  • El aumento de los niveles de presión arterial durante las crisis asmáticas y los episodios de hipoxia grave conducen a ictus y enfermedad cerebrovascular. Ya de por sí, los pacientes asmáticos tienen mayor riesgo de ictus, con un HR 1,43 (95 % IC: 1,03 – 1,98), pero entre aquellos pacientes con peor control sintomático el riesgo puede aumentar hasta un HR 1,56 (95 % IC: 1,18 – 2,06)5

Teniendo en cuenta lo expuesto, ¿miraremos de la misma forma a los pacientes asmáticos? ¿Pasarán a ser pacientes en riesgo cardiovascular o seguiremos aplicando la inercia en el abordaje de estos pacientes?

Y, por supuesto, ¿cuándo dispondremos de tablas de riesgo cardiovascular que contemplen al asma bronquial como factor de riesgo?

Recuerda:

«Siembra un acto y cosecharás un hábito. Siembra un hábito y cosecharás un carácter. Siembra un carácter y cosecharás un destino» - Charles Reade, novelista y dramaturgo inglés (1814 - 1884)


Bibliografía y referencias:

  1. Pollevick ME, Xu KY, Mhango G, Federmann EG, Vedanthan R, Busse P, et al. The Relationship Between Asthma and Cardiovascular Disease: An Examination of the Framingham Offspring Study. Chest Journal. 2021 Apr. 159(4):1338-1345.
  2. D'Agostino RB, Vasan RS, Pencina MJ, Wolf PA, Cobain M, Massaro JM, et al. General cardiovascular risk profile for use in primary care: the Framingham Heart Study. Circulation. 2008 Feb 12;. 117(6):743-53.
  3. Hua ML, Li L, Diao LL. Bronchial asthma and risk of 4 specific cardiovascular diseases and cardiovascular mortality: a meta-analysis of cohort studies. European Review for Medical and Pharmacological Sciences. 2022 Jul. 26(14):5081-5091.
  4. Wei L, MacDonald TM, Walker BR. Taking glucocorticoids by prescription is associated with subsequent cardiovascular disease. Annals of Internal Mededicine. 2004 Nov 16. 141(10):764-70.
  5. Schanen JG, Iribarren C, Shahar E, Punjabi N, Rich S, Sorlie P, et al. Asthma and incident cardiovascular disease: the Atherosclerosis Risk in Communities Study. Thorax. 2005. 60:633-638.