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Colecalciferol o calcifediol, ¿cuál y en qué es mejor?


Dr. Esteban Jódar Gimeno | Endocrinología y Nutrición

Hospital Universitario Quirónsalud, Madrid


A diferencia de otros países, en España disponemos, como suplementos del sistema hormonal D, de colecalciferol (vitamina D3, producida en la piel o ingerida), calcifediol (25(OH) vitamina D, tras la absorción e hidroxilación hepática) y calcitriol (la hormona activa tras la segunda hidroxilación renal).

La mayoría de las guías de práctica clínica internacionales, con alguna honrosa excepción nacional)1 se refieren al uso de vitamina D3 o, incluso, de vitamina D2 puesto que es el único suplemento disponible en esos países y es con el que se han realizado la mayoría de los estudios de intervención.

Recientemente se han publicado los resultados de un ensayo clínico controlado que compara el efecto de la suplementación con colecalciferol y calcifediol a las dosis recomendadas en las guías de práctica clínica (25.000 UI/mes en solución oleosa frente a 0,266 mg/mes de calcifediol en cápsulas blandas, respectivamente)1,2.

Se trata de un ensayo controlado (aleatorizado, doble ciego, multicéntrico y multinacional) de fase III-IV y de un año de duración3. Se estudiaron 303 mujeres de 63 años de edad media, con índice de masa corporal (IMC) mayor de 29 y unas concentraciones basales de 25(OH) vitamina D de 13 ng/ml.

Tanto las concentraciones alcanzadas de 25(OH) vitamina D, el marcador del estatus del sistema hormonal D, como el porcentaje de mujeres con valores de 25(OH) vitamina D mayores de 30 ng/ml fue superior con calcifediol en cápsulas blandas a los 4 meses del inicio del estudio (35,0% frente a 8,2%).

Las diferencias eran aun más relevantes al primer mes del inicio del estudio (13,5% frente a 0,0%), lo que pone de manifiesto no solo la mayor potencia de calcifediol sino su mayor rapidez en la normalización de las concentraciones de 25(OH) vitamina D.

El estudio también muestra la gran variabilidad entre las dosis necesarias para alcanzar el objetivo de 30 ng/ml que, en casi la mitad de las pacientes debe ser superior a las dosis habitualmente recomendadas1-3.


Bibliografía y referencias: