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¿Con los tratamientos actuales queda hueco para los inhibidores de la dipeptidil peptidasa-4?



El tratamiento de la diabetes tipo 2, en los últimos años, ha cambiado diametralmente, de tal manera que los algoritmos actuales de tratamiento difieren notablemente de los que se publicaban hace una década1,2.

La aparición de nuevos grupos terapéuticos, como los inhibidores del cotransportador de sodio- glucosa de tipo 2 (iSGLT2), y la publicación de numerosos ensayos clínicos de seguridad cardiovascular, que no sólo atestiguan dicha seguridad, sino que demuestran protección, han hecho que los mencionados iSGLT2 y los agonistas del receptor de GLP1 (AR-GLP1) se constituyan en los fármacos de elección para asociar a la metformina en todos los algoritmos1,2,3.

Así, los inhibidores de la dipeptidil peptidasa-4 (iDPP4) ya no tienen el protagonismo que tenían. Este grupo terapéutico tenía muy importantes ventajas frente a los fármacos de los que disponíamos previamente, como la ausencia de hipoglucemias, la ausencia de efecto obesogénico y su gran seguridad en el uso. Pero no han demostrado capacidad para la reducción de eventos cardiovasculares en el período de tiempo que duraron los ensayos clínicos realizados con dicho objetivo.

Ante estos datos, es lógica la pregunta que titula este post. En opinión del autor, los iDPP4 sí siguen teniendo un papel importante en el control de los pacientes con diabetes tipo 2, porque el control glucémico sigue siendo importante y estos fármacos contribuyen a ello, aunque sea en asociación con otros antihiperglucemiantes. No debemos de olvidar que el control glucémico está directamente asociado a la aparición de complicaciones microangiopáticas, que se pueden prevenir o retrasar con cualquier fármaco que reduzca el nivel de glucemia.

Además, hay pacientes en los que no es deseable la pérdida de peso, por ejemplo en personas frágiles, o que tienen un alto riesgo en relación con las hipoglucemias, o que no toleran el uso de iSGLT2 o AR-GLP1. Los inhibidores de DPP4 siguen teniendo su papel, por lo tanto, en el tratamiento de la diabetes tipo 2, y así se recoge en las diferentes guías2,4.

Por otra parte, recientemente han empezado a comercializarse algunas moléculas de este grupo en formato “genérico”, lo que sin duda contribuirá a reducir el gasto farmacéutico en aquellos pacientes en los que se considere adecuado el uso de los mismos.


Bibliografía y referencias:

  1. Inzucchi SE, Bergenstal RM, Buse JB, et al. Management of hyperglycemia in type 2 diabetes: a patient-centered approach: position statement of the American Diabetes Association (ADA) and the European Association for the Study of Diabetes (EASD). Diabetes Care. 2012;35:1364-79.
  2. American Diabetes Association Professional Practice Committee. Pharmacologic Approaches to Glycemic Treatment: Standards of Medical Care in Diabetes-2022. Diabetes Care. 2022;45(Suppl 1):S125-S143.
  3. Palmer SC, Tendal B, Mustafa RA, et al. Sodium-glucose cotransporter protein-2 (SGLT-2) inhibitors and glucagon-like peptide-1 (GLP-1) receptor agonists for type 2 diabetes: systematic review and network meta-analysis of randomised controlled trials. BMJ. 2021;372:m4573.
  4. F. Gómez-Peralta, F.J. Carrasco-Sánchez, A. Pérez, et al. Resumen ejecutivo sobre el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 en personas de edad avanzada o frágiles. Actualización 2022 del documento de consenso 2018 «Tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 en el paciente anciano». Rev Clin Esp 2022;222:496-499.
  5. Unión Europea de la Salud: un nuevo enfoque de la UE para la detección del cáncer. Más y mejor cribado. Comisión Europea -Comunicado de Prensa. Bruselas. 22 septiembre de 2022