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Consideraciones al planificar el tratamiento de un paciente de edad avanzada con síndrome de vejiga hiperactiva


Dr. Carlos Müller Arteaga | Urología

Hospital Álvaro Cunqueiro, Vigo


El síndrome de vejiga hiperactiva (SVH) es una entidad clínica definida por la presencia de urgencia miccional, generalmente asociada a frecuencia y nocturia, con o sin incontinencia urinaria de urgencia, en ausencia de infección urinaria u otra condición que la explique.

En la población general, el SVH tiene una prevalencia aproximadamente de un 21%, sin embargo, es bien sabido que dicha prevalencia aumenta con la edad pudiendo ser mayor al 40% en mayores de 60 años.

En el paciente de edad avanzada, además de una mayor prevalencia, el síndrome de vejiga hiperactiva tiene un mayor impacto de los síntomas y mayor deterioro en la calidad de vida. Por otra parte, la sintomatología relacionada con el síndrome de vejiga hiperactiva aumenta el riesgo de caídas y fracturas, provoca importantes trastornos del sueño, miedo a la incontinencia, depresión y eventos adversos como infecciones del tracto urinario (ITU), dermatitis, etc.

El paciente de edad avanzada tiene mayores dificultades para afrontar la sintomatología relacionada, esto debido a su movilidad reducida, a un estado funcional disminuido, a mayor dificultad para adaptación, a menor acceso a la información y, en muchos casos, normalización de los síntomas.

Las recomendaciones de tratamiento en el paciente de edad avanzada deben adaptarse a las características de este grupo poblacional; tanto en las medidas generales (adaptación de la ingesta hídrica, evitar irritantes vesicales, modificaciones en la dieta, adaptación de espacios, la eliminación de obstáculos para evitar caidas, etc.); como desde el punto de vista farmacológico, dado que, en la mayoría de los casos, son pacientes polimedicados y con tratamientos crónicos en los que hay que evitar interacciones medicamentosas, así como los efectos derivados de la carga colinérgica que pueden tener un impacto negativo sobre el estado cognitivo, provocando trastornos de memoria y deterioro cognitivo, por lo que el plan terapéutico debe ser personalizado, evitando (en el caso de uso de anticolinérgicos) todos aquellos fármacos que puedan empeorar dicho estado debido a su peso molecular, al paso a través de la barrera hematoencefálica o el bloqueo de receptores M1, etc.

Debido a que el síndrome de vejiga hiperactiva es una condición con elevada afectación de la calidad de vida, la valoración de expectativas también es importante para planificar el tratamiento. Los pacientes de edad avanzada consideran primordial la mejoría de la nocturia en primer lugar, seguido de la urgencia y la frecuencia y en menor necesidad, la eliminación de la incontinencia urinaria de urgencia. También son importantes las expectativas en cuanto a reacciones adversas, siendo el efecto secundario más temido el déficit cognitivo, seguido del estreñimiento y la visión borrosa.


Bibliografía y referencias: