Publicidad aap online digestivo locomotor

¿Cuáles son las recomendaciones actuales de ingesta proteica para pacientes con enfermedad renal crónica?



Durante muchos años, hemos considerado la dieta pobre en proteínas un verdadero pilar en el tratamiento de la enfermedad renal crónica (ERC) con el fin de frenar la progresión de dicha enfermedad.

Este pensamiento estaba basado en estudios experimentales que demostraban que dietas ricas en proteínas estimulaban la síntesis de óxido nítrico, vasodilatando la arteriola aferente produciendo hiperfiltración, un mecanismo íntimamente relacionado con el daño renal, la glomeruloesclerosis y un deterioro acelerado de la función renal.

En la actualización de 2020 de las guías KDOQI (The National Kidney Foundation’s Kidney Disease Outcomes Quality Initiative) mantienen esta línea, considerando con una alta evidencia la restricción proteica con el objetivo de reducir el riesgo de enfermedad renal crónica terminal y la muerte. Además, la guía nos marca como régimen dietético hipoproteico óptimo un aporte aproximado de 0,55 - 0,6 g/kg y considera un aporte muy bajo en proteínas aquel situado entre 0,28 - 0,43 g/kg.

Si revisamos detenidamente los estudios en los que se basan estas afirmaciones, podemos encontrar las siguientes limitaciones:

  • Los estudios realizados para valorar los beneficios de este tipo de dieta pobre en proteínas muestran resultados muy dispares, por tanto, con ciertas limitaciones
  • Algunos de estos estudios sugieren el beneficio sin que realmente hubiera una significación estadística en los resultados arrojados
  • La población (n) en muchos de los estudios no es muy significativa
  • La mayoría de estos estudios (por el año de realización) no incluían los tratamientos verdaderamente nefroprotectores y utilizados actualmente, como los IECA/ARA II o los iSGLT-2
  • En muchas ocasiones, es verdaderamente difícil asumir por el paciente esa restricción dietética, lo cual dificulta su implantación en la vida real
  • La evidencia actual no ha demostrado de forma contundente que las dietas pobres en proteínas frenen la progresión de la enfermedad renal

Por este motivo, considero razonable el planteamiento que aún mantienen las guías KDIGO de 2012 de preservar una ingesta habitual proteica de 0,8 g/kg en pacientes con filtrado glomerular inferior a 30 ml/min, (Figura 1). Lo que sí parece razonable evitar de manera incuestionable, como dicen estas guías KDIGO, son las dietas hiperproteicas con aportes superiores a 1,5 g/kg.

Recomendaciones de la ingesta proteica en pacientes con enfermedad renal crónica por las principales guías clinicas
Figura 1: Resumen de las recomendaciones de varias guías sobre nutrición en pacientes con enfermedad renal crónica1.

Bibliografía y referencias: