El papel de los probióticos en la alergia a las proteínas de la leche de vaca
La relevancia de la microbiota en la salud y en la enfermedad es cada día más evidente. Se apunta a que los probióticos pueden jugar un papel en el tratamiento de pacientes con alergia a las proteínas de leche de vaca (APLV). Sin embargo, son pocos los estudios que abordan esta cuestión y con tamaños muestrales pequeños y metodología no siempre comparable.
Se acaba de publicar una revisión sistemática de los ensayos clínicos publicados1, cuyos resultados comentamos.
El objetivo primario era la resolución de la hematoquecia y la adquisición de tolerancia a los 6, 12, 24 y 36 meses. Como objetivos secundarios, el efecto en algunos índices (SCORAD para las lesiones cutáneas en la dermatitis atópica), crecimiento, microbiota intestinal y efectos adversos.
Se encontraron 10 ensayos clínicos aleatorizados (n = 845, siendo 422 con probióticos y 423 controles). Los resultados obtenidos demuestran que la suplementación con probióticos no se asoció a una desaparición más rápida de la hematoquecia en pacientes con probable alergia a las proteínas de leche de vaca (n = 87; RR: 1,45, intervalo de confianza al 95%: 0,96-2,18, muy bajo nivel de evidencia). En lactantes con APLV confirmada, la administración de probióticos se asoció a una tasa superior de adquisición de la tolerancia a los 3 años, al comparar con placebo (n = 493; RR: 1,47; IC 95%: 1,17-1,85; p = 0,00009, bajo nivel de evidencia). Para el resto de los objetivos no fue posible obtener ninguna conclusión. No se evidenció ningún efecto adversos relacionado al uso de los probióticos.
Es decir, hay una limitada evidencia basada en estudios de calidad baja de que la administración de probióticos puede estar asociada a una adquisición de la tolerancia más temprana en lactantes con APLV. Los autores apuntan en la discusión el papel potencial que podrían tener los probióticos cuando se añaden a las fórmulas hidrolizadas extensas, que constituyen hoy por hoy el fundamento del tratamiento de lactantes con alergia a las proteínas de leche de vaca, aunque debe demostrarse con estudios clínicos bien diseñados y con tamaño muestral suficiente.
Bibliografía y referencias: