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Fisioterapia respiratoria en pacientes con asma



El asma es una enfermedad crónica y compleja, que supone un impacto importante tanto en el paciente como en su familia. Requiere un tratamiento integral, que se compone de medidas farmacológicas, inmunoterapia en los casos en los que esté indicado, así como medidas no farmacológicas (educación, fisioterapia, ejercicio físico…).

Entre las intervenciones no farmacológicas se encuentra la rehabilitación respiratoria, que consiste en una intervención multidisciplinar e integral que se realiza en pacientes que presentan sintomatología de su enfermedad y tienen afectada su funcionalidad. Está dirigida fundamentalmente a pacientes con asma moderada y grave, con el objetivo de mejorar el control de la enfermedad y la calidad de vida del paciente. Se trata de un conjunto de técnicas que se realizan para ayudar a la eliminación de secreciones de las vías respiratorias y a mejorar la ventilación pulmonar.

Los objetivos de los programas de rehabilitación respiratoria en el asma persiguen la disminución de la obstrucción de la vía aérea, el control de los síntomas, mejorar la calidad de vida, entrenar los músculos respiratorios, reeducar el patrón respiratorio y aprender a controlar la ansiedad generada por las crisis.

Las principales técnicas que se aplican:

  • Reeducación del patrón respiratorio con el objetivo de desarrollar un modelo más eficiente de respiración. La práctica de ejercicios respiratorios (ejercicios de respiración diafragmática, ejercicios de expansión torácica) en pacientes con asma ha demostrado beneficios relacionados con la calidad de vida percibida.
  • Entrenamiento de musculatura respiratoria. Debe recomendarse en los casos en los que se objetive debilidad muscular.
  • Técnicas espiratorias y ayudas instrumentales junto con maniobras de reeducación de la tos. El paciente debe aprender maniobras de tos productiva con el fin de expulsar las secreciones de manera eficaz, disminuir la disnea y evitar la tos irritativa.
  • Ejercicio aeróbico. Debemos intentar que el paciente asmático mantenga una condición física adecuada. La práctica regular de ejercicio físico mejora el consumo de oxígeno, la frecuencia cardíaca y la disnea. En los casos de pacientes con crisis de asma desencadenadas por el ejercicio físico, deben realizar la administración de broncodilatador de acción rápida (SABA) unos 15 minutos antes de la realización de ejercicio y tomar las precauciones necesarias para evitar la crisis, pero no deben dejar de realizar ejercicio físico de forma habitual, ya que los beneficios que supone dicha práctica superan de forma importante los riesgos.

    Se debe realizar un plan de acción individualizado en función de la edad, condición física, gravedad del asma, así como de las preferencias del paciente. La natación podría ser un deporte adecuado, ya que al desarrollarse en un ambiente húmedo, evita la pérdida de calor y de humedad de las vías respiratorias.

Todas las técnicas mencionadas deben desarrollarse dentro de un programa integral de tratamiento, que debe ser individualizado y adaptado a las circunstancias del paciente y en el que deben estar implicados los profesionales sanitarios, el paciente y familiares.


Bibliografía y referencias: