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Grado de fibrosis en hepatitis C crónica: ¿para qué conocerlo? ¿puedo calcularlo en mi consulta?



La hepatitis C es la primera enfermedad crónica que la medicina ha conseguido curar, esto ha sido posible gracias a la síntesis de los antivirales de acción directa (AAD).

El tratamiento no es uniforme para todos los enfermos de hepatitis C crónica, ha de personalizarse en cada paciente. La personalización ha de basarse en dos criterios: el genotipo del virus (existen tratamientos para los siete genotipos del virus de la hepatitis C: tratamientos pangenotípicos) y el grado de afectación hepática, esto es, el grado de fibrosis/cirrosis del hígado.

El grado de fibrosis no es necesario para priorizar el tratamiento, sirve para conocer la evolución del daño hepático, la duración del tratamiento y principalmente para el seguimiento tras la curación.

Conocer el grado de fibrosis tiene no sólo utilidad en la elección de la pauta terapéutica, sino también en el seguimiento de los pacientes. Así, los paciente tratados y curados con un grado de fibrosis F0-F1 pueden ser seguidos en Atención Primaria y los afectos con un grado de fibrosis más avanzada, F3, F4 o cirrosis, tratada y curada su infección, deberán realizar su seguimiento a nivel hospitalario por digestólogo.

Para la determinación del grado de fibrosis existen:

Técnicas invasivas, como la biopsia hepática, que permiten evaluar directamente tanto el grado de fibrosis como la actividad necroinflamatoria. Siguen siendo el patrón de referencia. Actualmente prácticamente en desuso ya que han sido desplazadas por la técnicas no invasivas.

Técnicas no invasivas, entre las que se encuentran:

  1. Marcadores séricos: que permiten realizar estimaciones del grado de fibrosis mediante parámetros habitualmente incluidos en la analítica de rutina y al alcance del médico de familia.
  2. Pruebas de imagen: tanto la ecografía como la tomografía computarizada o la resonancia magnética tienen una especificidad aceptable para identificar signos de cirrosis e hipertensión portal, pero carecen de sensibilidad para identificar estadios precoces de fibrosis.
  3. La elastografía transitoria (fibroScan) permite evaluar el grado de rigidez (fibrosis) hepática, utilizando un dispositivo similar a un ecógrafo, de manera rápida, fiable y sencilla.

Los marcadores séricos disponibles combinan variables integradas en una ecuación que genera una puntuación numérica, y para la que se han definido umbrales que identifican grupos de pacientes con una alta probabilidad de presentar fibrosis avanzada/cirrosis (F3/F4) o, por el contrario, ausencia o mínima fibrosis (F0/F1).

Estos marcadores son menos fiables para diferenciar grados intermedios de fibrosis (F2-F3). Son preferibles los índices basados en parámetros analíticos convencionales por su sencillez y rapidez, ya que facilitan su aplicación en la práctica clínica y su aplicación en la consulta del médico de familia. Los más utilizados son el APRI-112 y el FIB-4114, que utilizan los niveles de AST, plaquetas, GGT (Gamma glutamil transpeptidasa), colesterol y/o edad del paciente y son muy precisos.

Figura con Métodos no invasivos para evaluar la fibrosis hepática
Figura 1: Otros métodos no invasivos para evaluar la fibrosis hepática desde cualquier centro

Bibliografía y referencias: