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Las oportunidades perdidas en el diagnóstico de los pacientes con VIH ¿Qué no debemos olvidar?



En el momento actual, aproximadamente la mitad de los pacientes con infección por VIH se diagnostican de forma tardía (recuento de linfocitos T CD4+ < 350/mL) y uno de cada cuatro presenta enfermedad avanzada (recuento de CD4+ < 200/mL o tienen un evento definitorio de SIDA)1. Desafortunadamente, en España, estas cifras no han cambiado en los últimos 7 años. Los factores de riesgo más frecuentes asociados a diagnóstico tardío son ser hombre, mayor y heterosexual, tener un nivel sociocultural bajo y ser inmigrante.

Esto tiene consecuencias muy negativas a corto y largo plazo. En nuestro país, el diagnóstico tardío multiplica por 6 el riesgo de muerte y no se normaliza hasta que no han pasado al menos 4 años desde el diagnóstico. Además, estos pacientes tienen mayor riesgo de eventos clínicos, hospitalizaciones, coste, desarrollo de tumores y más dificultades para recuperar el sistema inmune. Por otro lado, mayor riesgo de contagio  y propagar la infección.

La atención primaria es clave para reconocer de forma precoz a estos pacientes. En estudios previos se ha encontrado que entre el 66% y el 80% de los pacientes con infección por VIH habían acudido previamente a consulta de atención primaria con alguna condición indicadora de infección por VIH y no se había realizado la prueba. Es por ello prioritario adoptar medidas que permitan reconocer de forma precoz a estos pacientes. Además, concienciar a la población para que se realicen la prueba lo antes posible. En definitiva, se debe estimular e implementar medidas para que las oportunidades de diagnóstico dejen de ser perdidas.

El Center for Disease Control and Prevention (CDC)2 recomienda, desde el año 2006, realizar la prueba del VIH a todas las personas entre 13 y 64 años que realicen cualquier consulta en el centro sanitario y que acepten mediante consentimiento verbal por exclusión voluntaria (opt-out) independientemente del riesgo de exposición o la presencia de sintomatología de infección por VIH o SIDA.

Desde el año 2014, el ministerio de sanidad y servicios sociales e igualdad de España3 (MSSSI) recomienda el cribado rutinario con consentimiento de exclusión voluntaria a las personas de 20 a 59 años de edad, sexualmente activas, que requieran una extracción de sangre para la realización de análisis y residan en provincias cuyas tasas de nuevos diagnósticos de VIH en este grupo de edad estén por encima del percentil 75 de las tasas a nivel nacional correspondiente en los últimos 3 años. Además, se ofrece de forma rutinaria a las embarazadas y aquellos que ingresen en instituciones penitenciarias.

Si existe sintomatología sugestiva de infección por VIH, la guía del MSSSI recomienda un cribado dirigido con los mismos criterios que la guía HIDES4 (HIV Indicator Disease Across Europe Study). Es decir, recomendar la prueba del VIH a las personas que presenten condiciones clínicas en las que la infección es más prevalente o en las que la no detección pudiera tener serias consecuencias en su tratamiento. Estas condiciones son las enfermedades definitorias de SIDA y en las enfermedades con una prevalencia de infección por VIH no diagnosticado sea superior o probablemente superior al 0,1% (por ejemplo: infección de transmisión sexual, herpes zóster, hepatitis B o C, etc.) (para más información ver guía del MSSSI3).

Si no existe sospecha de infección por el VIH o SIDA, es de realización obligatoria en las condiciones recogidas en la Figura 1. Además, se recomienda el cribado dirigido a todas las personas en las que, por su exposición al VIH (cualquier persona que solicita la prueba, adictos a drogas, agresión sexual, exposición de riesgo al VIH, etc.) o su procedencia geográfica (África subsahariana, Tailandia, Belice, etc), sea conveniente descartar una infección por el VIH (ver guía del MSSSI3).

esquema de indicaciones para la realización de la prueba de VIH
Figura 1: Indicaciones para la realización de la prueba de VIH3.

Bibliografía y referencias: