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Pacientes depresivos no diagnosticados



Recientemente, en un conocido programa de televisión, Andrés Iniesta manifestaba en una entrevista: "Estaba deseando que llegara la noche para tomarme una pastilla". Era la forma que eligió el centrocampista de contarle a todo el mundo que pasó por un episodio depresivo, precisamente cuando el Barsa consiguió su triplete futbolístico.

El que un jugador de élite, exprese como se sentía, indistintamente de haber conseguido todo profesionalmente con su equipo, pone de manifiesto la tremenda disfuncionalidad que produce una enfermedad tan grave como es la depresión. Sin embargo, hoy en día, una importante parte de la sociedad mantiene una versión “frívola” de la enfermedad y siguen confundiendo tristeza con depresión por un mal uso del lenguaje, e incluso las cifras nos dicen que hasta un 14% no lo ven como una enfermedad y el 50% piensa que la depresión se puede fingir.

Recientemente la OCDE publicaba su informe: Health at a Glance: Europe 2018, donde queda patente que el deterioro de la salud mental de los europeos es imparable, viéndose claramente en cifras de suicidio, y a pesar de que algunos países como España han preparado planes para combatir el problema, las medidas aún están lejos de alcanzar el objetivo ideal. Las enfermedades mentales por excelencia en España son la ansiedad y la depresión, que suman un porcentaje superior al 10%. Sin mencionar la carga económica que esto supone en toda Europa, no sólo en costes directos, sino indirectos, que se traducen en una menor productividad y un mayor desempleo.

Es por ello que todavía queda mucho recorrido en la lucha contra el estigma y no es de extrañar que mas de el 50% de las personas que han sufrido una depresión se hayan sentido avergonzadas y estigmatizadas. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), 2,4 millones de personas padecen depresión en España y el perfil mas habitual sería una mujer de entre 60 y 64 años, dedicada a las tareas domésticas y viuda.

Ocultar esta patología no contribuye a curarla antes y puede tener resultados muy negativos en la persona que lo padece, ya que se retrasa el diagnóstico y el tratamiento.

Según la OMS, se estima que entre el 30% y el 50% de los pacientes con depresión no están diagnosticados y a pesar de la existencia de tratamientos eficaces, al menos el 75% de las personas que sufren un trastorno depresivo mayor en el mundo no reciben el tratamiento adecuado.


Bibliografía y referencias:

  1. Estudio Lundbeck "¿Qué saben los españoles de la depresión?"
  2. OECD/EU (2018), Health at a Glance: Europe 2018: State of Health in the EU Cycle, OECD Publishing, Paris.
  3. Depression: social and economic timebomb. Strategies for quality of care. Edited by Ann Dawson and Andre Tylee. Published by BMJ Books 2001, 191 pages. ISBN 978 0 7279 1573 3