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Principales interacciones medicamentosas que debemos conocer antes de prescribir anticoagulantes orales



Es bien conocido por todos que hay infinidad de fármacos que interaccionan con la warfarina y el acenocumarol, los anticoagulantes orales de nuestro entorno que actúan inhibiendo la acción de la vitamina K (antagonistas de la vitamina K, AVK). Esto sucede por la competencia de muchos fármacos con los AVK en su metabolización por el citocromo CYP2C9. Si a esto le sumamos las interacciones con alimentos ricos en vitamina K y la gran variabilidad de respuesta individual a los AVK, obtener los niveles adecuados de anticoagulación supone un reto enorme para la consulta de los médicos de atención primaria1.

Con la irrupción en la última década de los anticoagulantes orales directos (ACOD) que no usan este citocromo para metabolizarse, el riesgo de interacciones medicamentosas en los pacientes anticoagulados se ha reducido drásticamente. No obstante, probablemente debido a la falta de práctica en su uso, existe un desconocimiento general de las posibles interacciones es los ACOD con otros fármacos y se hacen necesarios documentos de consenso y normas claras para indicarlos en su dosis justa o incluso contraindicarlos2. Por ejemplo, la toma de dronedarona (un antiarrítmico usado habitualmente para el control del ritmo en la fibrilación auricular) es incompatible con el uso de dabigatrán y obliga a emplear la dosis reducida de edoxabán. El verapamil (usado para el control de frecuencia en la fibrilación auricular) obliga a emplear la dosis reducida del dabigatrán y la del edoxabán3.

También conviene saber, a modo de ejemplo, que algunos antivíricos empleados en el tratamiento del VIH aumentan el efecto de los anticoagulantes orales directos mientras que ciertos antiepilépticos lo disminuyen. Debido a esto, se convierte en obligatorio que el médico prescriptor de un ACOD esté actualizado y que disponga de las herramientas de consulta necesarias para cerciorarse de que está usando los fármacos adecuados y a las dosis correctas en el paciente anticoagulado, incluso con ACOD.

Estoy seguro que con el paso del tiempo y la generalización de su uso, interiorizaremos estas normas básicas en el buen uso de los ACOD.


Bibliografía y referencias: