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Utilidad del cuestionario IPSS en Farmacia Comunitaria para pacientes con hiperplasia benigna de próstata



La hiperplasia benigna de próstata (HBP) consiste en un crecimiento benigno de la glándula prostática. Este crecimiento va a estrechar la uretra y producir una obstrucción a la salida de orina, manifestándose por una progresiva dificultad para llevar a cabo la micción con una serie de síntomas que conocemos como síntomas del tracto urinario inferior (STUI).

La HBP es una patología de elevada prevalencia en varones a partir de los 50 años, su incidencia aumenta con la edad y altera en gran medida la calidad de vida percibida por el paciente, influyendo en la vida laboral, social y sexual.

En 2002 la International Continence Society1 agrupó los STUI en tres categorías:

  1. Síntomas de llenado: urgencia, nocturia, frecuencia e incontinencia.
  2. Síntomas de vaciado: chorro débil, micción en regadera, chorro intermitente, retardo miccional, esfuerzo miccional y goteo terminal.
  3. Síntomas posmiccionales: sensación de vaciado incompleto, goteo posmiccional.

Los síntomas de vaciado son los más prevalentes, mientras que los de llenado son los más molestos para el paciente.

Si un paciente presenta sintomatología mixta, lo más probable es que la causa de su STUI sea una HBP. Si sólo presenta síntomas de llenado o de vaciado, puede deberse a otras causas como una vejiga hiperactiva, una infección urinaria, una estenosis uretral o una litiasis uretral, entre otras, que su médico de Atención Primaria deberá valorar.

La colaboración y coordinación de los diferentes agentes sanitarios posibilitará un tratamiento integral del paciente en la detección precoz, derivación, seguimiento y fomento de adherencia al tratamiento farmacológico y/o medidas higiénico-dietéticas pautadas por el médico.

Primordial va a ser el papel de la farmacia comunitaria en la detección y cribado tempranos del paciente, informando que la HBP es una enfermedad progresiva que si no se trata probablemente alterará su calidad de vida, aumentarán sus síntomas, las complicaciones a largo plazo como una retención aguda de orina, llegando incluso a la necesidad de tratamiento quirúrgico.

En farmacia comunitaria un paciente no detectado previamente puede hacernos referencia a su mala calidad de sueño o cansancio diurno como consecuencia de episodios de nocturia, comentar además que últimamente el chorro de orina es más débil e intermitente, lo que le obliga a realizar un esfuerzo miccional, que tiene sensación de vaciado incompleto de su vejiga… En ocasiones el paciente lo asocia a la edad y cree erróneamente que no tienen solución, por lo que es probable que no lo haya consultado con su médico de Atención Primaria. Estas son situaciones que desde la farmacia comunitaria nos van a poner sobre la pista de que el paciente puede estar padeciendo un STUI por HBP.

Llegados a este punto, se pone de manifiesto la necesidad de disponer de una herramienta de utilidad para realizar una detección temprana del paciente con HBP desde la farmacia comunitaria y ésta va a ser el cuestionario IPSS (International Prostate Symptoms Score)2. El IPSS debe ser cumplimentado por el paciente, quien va cuantificando la sintomatología que padece. A su vez al personal sanitario le va a permitir valorar la intensidad de los STUI que presenta el paciente, la evolución de sus síntomas con el tratamiento farmacológico y/o medidas higiénico-dietéticas y su impacto en la calidad de vida.

El IPSS consta de 7 preguntas, cada una puntuable de 0 a 5 por el paciente. Estas preguntas van a valorar los diferentes tipos de STUI, si son síntomas de llenado, de vaciado o posmiccionales. Existe además una octava pregunta sobre la calidad de vida percibida por el paciente.

En función de las respuestas, los síntomas prostáticos se clasifican en:

  1. Leves, si la puntuación se sitúa entre 0 a 7.
  2. Moderados, si la puntuación se sitúa entre 8 a 19.
  3. Graves, si la puntuación se sitúa entre 20 a 35.

Cuestionario IPSS
Figura 1: Cuestionario IPSS adaptado al español, extraído de Criterios de derivación en hiperplasia benigna de próstata para Atención Primaria – 5G (4ª ed.)2.

Una vez recopilados el resultado del IPSS y otros datos de interés, ante la sospecha de que un paciente puede estar padeciendo un STUI va a ser de gran utilidad remitamos al médico de Atención Primaria toda esta información para avanzar en el diagnóstico de la sintomatología que padece el varón y pautar el tratamiento más adecuado.

En función de la puntuación obtenida en el IPSS, derivaremos al paciente que presente:

  • Síntomas moderados (8-19) o graves (19-35).
  • Síntomas leves (≤ 7), si son sólo de llenado o de vaciado, ya que la HBP suele manifestarse con una sintomatología mixta. Si el paciente dice presentar sólo síntomas de llenado o vaciado, deberemos derivarlo a su médico de Atención Primaria ya que los STUI en varones no siempre se producen por HBP, la causa es multifactorial: detrusor hipoactivo, estenosis uretral, vejiga hiperactiva.

Si el paciente presenta sintomatología leve y con buena calidad de vida, podremos indicarle medidas higiénico-dietéticas, realizando un seguimiento pero siempre con la premisa de poder derivarlo a su médico de familia para que éste realice un estudio de su caso.

Una vez derivado el paciente a su médico, en el seguimiento reforzaremos el mensaje transmitido sobre la importancia de seguir el tratamiento farmacológico y/o medidas higiénico-dietéticas como le fueron pautadas, además de incidir en la adherencia, tolerancia y efectividad del tratamiento.

En el seguimiento del paciente desde la farmacia comunitaria también va a ser de gran utilidad el IPSS ya que nos permitirá evaluar la mejoría del paciente en diferentes períodos de tiempo:

  • Al tercer mes, si el fármaco prescrito no es un inhibidor de la 5-α reductasa (5-ARI), habrá mejoría si el IPSS que le repitamos disminuye 4 o más puntos.
  • Al sexto mes si el fármaco es un 5-ARI, habrá mejoría si el IPSS inferior o igual a 4.
  • Al año del tratamiento, confirmaremos mejoría si la reducción del IPSS inferior o igual a 4.
  • Posteriormente, visitas anuales repitiendo el IPSS.

Debemos además en la primera dispensación comprobar que el paciente sabe para qué le prescribieron la medicación, la dosis, duración de tratamiento. Revisaremos la posible medicación que pueda influir en el normal funcionamiento del tracto urinario inferior como antihistamínicos de primera generación (disminuyen la contractilidad vesical y que el médico de Atención Primaria puede desconocer está tomando ya que no precisan prescripción médica) o el caso de los diuréticos donde podemos ayudar al paciente a adecuar la toma de diuréticos ya que éstos pueden aumentar los episodios de nocturia.

Además, en todas las visitas descartaremos la presencia de problemas relacionados con la medicación y los resultados negativos de la medicación, la adherencia del paciente al tratamiento y reforzaremos las medidas higiénico-dietéticas pautadas con su médico.

Por todo lo expuesto anteriormente, es imprescindible un tratamiento coordinado y multidisciplinar del paciente entre Atención Primaria (médico, enfermero), Atención Hospitalaria y Farmacia Comunitaria, con el objeto de mejorar la calidad de vida del paciente y disminuir los costes socio-sanitarios.


Bibliografía y referencias: