Aumento progresivo del número de casos de encefalitis transmitida por garrapatas en Europa
Según el último Informe Epidemiológico del European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC) sobre la encefalitis transmitida por garrapatas (ETG) publicado en octubre de 2022 (los datos corresponden al año 2020) 24 países de la Unión Europea (UE) y el Espacio Económico Europeo (EEE) notificaron un total de 3.734 casos confirmados. La tasa de incidencia ha sufrido un aumento en comparación a los años anteriores, siendo 0,9 casos por 100.000 habitantes.
La ETG es una infección producida por un flavivirus, de la misma familia que la fiebre amarilla, dengue, chikungunya o la encefalitis japonesa, entre otros. Es una infección que puede ser asintomática hasta en un 70-98% de los casos o dar lugar a un cuadro pseudogripal de unos 2 a 8 días de duración pudiendo evolucionar a la afectación del sistema nervioso central (meningitis, encefalitis, meningoencefalomielitis o meningoencefalorradiculitis), y dejar secuelas hasta en más de un 50% de los casos. Tiene una mortalidad de entre un 1 y un 3%.
El reservorio principal son los pequeños roedores, aunque otros mamíferos salvajes o domésticos también pueden serlo. La principal forma de transmisión es vectorial a través de la picadura de una garrapata infectada, principalmente del género Ixodes ricinus. También puede existir transmisión vertical, accidental por manipulación en laboratorios y por consumo de derivados lácteos no higienizados provenientes de animales infectados.
Desde 2012 es una patología de especial vigilancia en Europa por el ECDC convirtiéndose desde entonces en una enfermedad de declaración obligatoria.
Es endémica en diversos países de Asia y Europa central y del Norte. Desde 2016, Lituania ha registrado la tasa de notificación más alta de la UE y el EEE. En 2020, a Lituania le siguen Eslovenia y Chequia.
Los casos son más frecuentes entre los hombres y los adultos de 45 a 64 años, posiblemente debido a una exposición más frecuente a picaduras de garrapatas durante actividades al aire libre asociadas con la ocupación o el ocio.
La mayoría de las infecciones siguen siendo diagnosticadas durante los meses más cálidos, el 95% de los casos confirmados ocurrieron de mayo a noviembre.
Para la prevención de la enfermedad, se recomienda evitar las picaduras y la eliminación o extracción adecuada y precoz en su caso de la garrapata. Además existe una vacuna eficaz y segura de 3 dosis (con 4-12 semanas de intervalo entre la primera y la segunda dosis, la tercera dosis a los 6-15 meses después de la segunda y una dosis de recuerdo a los tres años), constituida por virus inactivados. Está recomendada en personas expuestas (residentes o trabajadores de alto riesgo) en zonas endémicas y en algunos casos en viajeros a zonas forestales o rurales del centro y noreste de Europa. En España está disponible en los Centros de Vacunación Internacional, aunque cualquier médico la puede prescribir solicitándola como medicamento extranjero con el debido informe.
Según el informe del ECDC, de los 2.393 (64,1%) casos confirmados sobre los que se disponía información sobre el estado de vacunación, 2.265 (94,7%) fueron declarados no vacunados contra la ETG. De los 128 (5,3%) casos vacunados, 33 habían recibido solo una dosis, 26 habían recibido dos dosis, 40 habían recibido al menos tres dosis y 29 habían recibido un número desconocido de dosis.
Varias circunstancias podrían explicar este aumento progresivo de la incidencia de esta enfermedad en Europa como son los factores climáticos (aumento de temperaturas), expansión del vector, cambios en el comportamiento humano, relajación de la vigilancia y de las medidas de prevención durante la pandemia de COVID-19 y el aumento de la notificación por parte de los profesionales sanitarios.
Aunque en España no se han notificado hasta la fecha casos adquiridos localmente, sí que tenemos en nuestro país el vector, por lo debemos mantener un sistema de vigilancia de las garrapatas y de la enfermedad activo.
Bibliografía y referencias: